

La transformación del mundo laboral en México ha comenzado a tomar forma con una reforma que marca un hito histórico: la reducción de la jornada laboral semanal de 48 a 40 horas.
Claudia Sheinbaum impulsó el avance de esta iniciativa que ya tiene fecha límite: enero de 2030. Será entonces cuando todas las empresas en el país deberán haber implementado por completo este nuevo esquema laboral.
Reducción de la jornada laboral: el plan hacia 2030
El anuncio fue realizado por el secretario del Trabajo y Previsión Social (STPS), Marath Bolaños, quien detalló que a partir de junio de 2025 comenzarán los foros de diálogo para definir cómo se aplicará de forma progresiva la reducción de la jornada laboral a lo largo de los próximos cinco años.

La reforma, vista como una necesidad por especialistas como Melhina Magaña en diálogo con El Imparcial, responde a un fenómeno social al que llama "pobreza de tiempo", donde la mayoría de las personas viven con agendas tan saturadas que el equilibrio entre vida personal y laboral se vuelve inalcanzable.
Las consecuencias -agotamiento, desmotivación, baja productividad y rotación constante de personal- impactan al trabajador y a la operación y finanzas de las empresas.
Para lograr una transición exitosa, Magaña subraya la importancia de fortalecer la comunicación interna, formar comités de seguimiento y crear espacios donde los trabajadores con más experiencia compartan su conocimiento para facilitar la adaptación de los equipos a los nuevos esquemas.

Empresas deben prepararse desde ahora para cumplir con las 40 horas semanales
Luis Peña, socio en EY México, advierte al citado medio que para muchas organizaciones el verdadero reto no será reducir la jornada de 48 a 40 horas, sino alcanzar el cumplimiento mínimo actual. Por ello, recomienda un proceso en cuatro etapas para las empresas que buscan adaptarse antes de la fecha límite:
Evaluación inicial: Realizar un diagnóstico que permita conocer el estado real de la jornada en cada organización.
Involucrar áreas clave: Incorporar a equipos de relaciones laborales, talento, operaciones y finanzas desde el principio del proceso.
Identificación de oportunidades: Detectar procesos y estructuras susceptibles de ajustarse a la nueva jornada.
Pruebas piloto: Comenzar desde ahora con ensayos parciales que permitan identificar áreas de mejora antes de 2030.

Magaña indica que el cambio no puede ser uniforme. Cada organización deberá adaptar la reforma a su realidad, considerando factores como el sector al que pertenece, su tamaño, nivel de madurez y contexto. Asimismo, sugiere anticiparse a los retos mediante el uso de tecnología que elimine pasos innecesarios y fomente un entorno laboral más eficiente y sostenible.
En este contexto, Claudia Sheinbaum y su equipo impulsan una reforma que busca mejorar las condiciones laborales y también transformar la cultura organizacional en México. El inicio de los foros en junio marcará el arranque de una cuenta regresiva hacia un nuevo modelo de trabajo que, para enero de 2030, será obligatorio en todo el país.













