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¿Sabías que las etiquetas de los productos que consumes pueden engañarte y venderte jamón por algo que en realidad no lo es? Así lo advirtió la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco)luego de analizar 44 productos en el mercado y señalar a Sparta Cocido como el peor en el mercado.

¿Por qué? Pues la marca se promociona como jamón cuando en realidad no lo es e incluso, incluye pollo en su composición, algo peligroso de omitir cuando se trata, por ejemplo, de personas alérgicas.

Profeco: Sparta Cocido la menos recomendada

En el caso del estudio realizado al jamón, el análisis fue encabezado por el propio titular de Profeco, Ricardo Sheffield. La muestra se compuso por 44 marcas de jamón clasificadas como económico, comercial, preferente, fino y extrafino. Al menos 10 marcas presentaron graves irregularidades en el cumplimiento de las Normas Oficiales Mexicanas (NOM).

Etiquetado engañoso, ingredientes no declarados, peso inexacto fueron los ítems más reiterados. En el caso de Sparta CocidoProfeco advirtió directamente que "de acuerdo con su formulación, no debería usar la denominación jamón, ya que contiene pollo que no declara en sus ingredientes".

La presencia de carne de pollo entre sus ingredientes lejos de ser menor es una infracción directa a las regulaciones que establecen las características que debe presentar todo producto para ser considerado jamón.

Este ingrediente es intencionalmente omitido en la etiqueta. Más allá de que el etiquetado incorrecto impide a los consumidores que tomen decisiones acabadas, afectando directamente a su derecho a una compra informada, se trata de una falta grave en tanto pone en riesgo la salud de personas con restricciones alimentarias o alergias declaradas.

De manera enfática, Profeco indica que el etiquetado correcto no es una opción para la industria alimentaria sino una obligación.

Otras 9 marcas de jamón fueron objetadas por Profeco

No solo Sparta Cocido mereció objeciones por parte del análisis de Profeco. Otras marcas también incumplieron con las normativas de calidad. Duby, por ejemplo, comercializa su producto como "jamón cocido de pavo", pero Profeco comprobó que no utiliza exclusivamente carne de muslo de pavo, como lo exige la normativa para poder ostentar esa denominación.

Bafar, Galy, Lala Plenia, Parma, Parma Campestre, Cuadritos, Parma Sabori y San Rafael también suman observaciones que van desde contenido cárnico inferior al declarado en su composición hasta el uso de nombres comerciales que no corresponden con la formulación real del producto.

A partir de esto, Profeco recuerda a la población la importancia de observar con detenimiento las etiquetas y desconfiar de aquellos productos que cuyo precio parezca demasiado bajo en relación con lo que ofrecen.