

Si formas parte de una flotilla empresarial o simplemente usás tu auto para trabajar, esta noticia puede afectar directamente tu rutina.
Desde ahora, los vales de despensa ya no serán aceptados para pagar gasolina en estaciones de servicio.
Solo será válido el uso de monederos electrónicos de combustible autorizados por el SAT, lo que obliga a los usuarios a revisar qué tipo de tarjeta de débito están utilizando para cargar combustible.

Las tarjetas de vales de despensa ya no servirán para cargar gasolina
Aunque hoy en día es habitual pagar casi cualquier cosa con tarjetas, ya sea de crédito, débito o vales, es importante saber que las de despensa no están autorizadas para la compra de gasolina.
Están destinadas exclusivamente a productos de la canasta básica, en establecimientos específicos.
Por tanto, si intentás pagar combustible con una de estas tarjetas, será rechazada. La única forma válida de cubrir este gasto con vales es contar con una tarjeta especializada y registrada.
Para deducir gasolina, la tarjeta debe estar autorizada por el SAT
Las empresas que buscan deducir el gasto de gasolina hasta en un 100% deben hacerlo únicamente con vales de combustible autorizados. El requisito adicional es que la carga se realice en una estación de servicio ubicada a menos de 50 kilómetros del domicilio fiscal.
De lo contrario, el gasto podría no ser deducible, lo que afecta directamente las finanzas de los negocios que dependen del transporte como parte de sus operaciones diarias.

¿Qué tarjeta sí permite pagar gasolina?
Una alternativa válida y eficaz para gestionar los gastos en movilidad son los monederos electrónicos de combustible.
Estas tarjetas son emitidas por proveedores autorizados por el Servicio de Administración Tributaria (SAT)y están diseñadas específicamente para facilitar el control fiscal de los consumos de gasolina y diésel.
A través de estos monederos, se pueden realizar pagos de combustible de manera fiscalmente deducible, ya que generan comprobantes válidos con todos los requisitos fiscales, incluyendo la trazabilidad del gasto, lo que permite identificar con claridad quién, cuándo y dónde se realizó la carga.
Son especialmente útiles para personas físicas con actividad empresarial que necesitan comprobar sus gastos de transporte, así como para empresas que operan con flotillas de vehículos, ya que permiten establecer límites de consumo, monitorear patrones de uso y simplificar la contabilidad relacionada con el combustible.















