Un descubrimiento icónico pone en la mira de los arqueólogos a México. La Pirámide del Sol en Teotihuacán, México, representa un ícono arqueológico de gran importancia tanto para la cultura mexicana como para el legado mundial.
Esta majestuosa estructura no solo destaca por su imponente tamaño y precisión arquitectónica, sino también por su profundo significado religioso y cultural.
Considerada como un altar al sol en la cosmología mesoamericana, la Pirámide del Sol es un testimonio vivo de la ingeniería avanzada y la espiritualidad de la antigua civilización teotihuacana.
Su magnificencia continúa fascinando a investigadores, turistas y amantes de la historia, siendo un símbolo perdurable de la grandeza del pasado mexicano.
Descubren un misterioso camino en la Pirámide del Sol en México
Los misterios de la Pirámide del Sol datan desde el minuto 1 cuando se construyó esta colosal estructura arquitectónica en entre el siglo I a. C y los siglos VIII Y IX d.C.
-Siempre estuvo ahí- Sí, como si se tratara de otro de los misterios que encierra la majestuosidad de la Pirámide del Sol, investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México, INAH, encontraron una cueva con un camino que al parecer siempre estuvo a la vista de todos, pero a la vez, oculto.
En los años 70, arqueólogos hicieron un descubrimiento extraordinario: bajo la Pirámide del Sol hallaron una cueva de 102 metros.
En su interior, una sorpresa aguardaba: una flor de cuatro pétalos, cada uno una cámara enigmática. Se especula que estas cuevas guardan un vínculo con el mítico Chicomotzoc, el lugar de origen de los aztecas.
Aún sin claridad, su conexión intriga a los estudiosos. Además, la pirámide está estratégicamente orientada para seguir los movimientos del sol, desde el amanecer hasta el anochecer, los equinoccios y el punto de salida de las Pléyades. Un enigma que cautiva, revelando secretos ancestrales.