

Un artículo publicado en The Anotamical Record compartió detalles desconocidos sobre Dunkleosteus, un género de peces que existió a finales del periodo devónico.
Durante años, la comprensión sobre este animal, conocido como “monstruo de los mares”, se basó en estudios realizados en 1930, cuando las limitaciones técnicas dificultaban la interpretación de los fósiles y aún se sabía muy poco sobre su clasificación dentro de la familia de los artródiros.
Sin embargo, este nuevo descubrimiento podría cambiar todo lo que sabemos sobre el depredador más mortal que existió.

El descubrimiento que cambia todo lo que sabemos sobre el Dunkleosteus
Investigadores de diferentes instituciones internacionales, liderados por el biólogo Russell Engelman de la Universidad Case Western Reserve, analizaron los ejemplares del Museo de Historia Natural de Cleveland, que contiene la colección más completa del mundo de fósiles de la especie, gracias a un método de conservación conocido como “Cleveland Shale”.
Así, descubrieron que lo que se sabía sobre el Dunkleosteus Terrelli no era tan acertado.
Mientras la mayoría de sus parientes conservaba dentición, esta especie había desarrollado afiladas cuchillas óseas que sobresalían de sus mandíbulas. No se trataba de una simple anomalía, sino de una estrategia de caza profundamente distinta y altamente eficaz, diseñada para desgarrar grandes porciones de carne de presas de considerable tamaño.
Las nuevas investigaciones revelaron además que aproximadamente la mitad de su cráneo estaba compuesta por cartílago y no por tejido óseo. Este detalle resulta decisivo para su reconstrucción anatómica, ya que el cartílago se degrada con mayor rapidez tras la fosilización, lo que permite explicar las ausencias estructurales observadas en varios ejemplares.
Otro descubrimiento relevante fue la detección de un canal óseo en la zona facial, destinado a alojar un potente músculo mandibular, muy parecido al que utilizan en la actualidad tiburones y rayas para cerrar la boca con rapidez y gran fuerza.

Así funcionaba el letal mecanismo de caza del superdepredador del Devónico
Lejos de depender de un solo músculo, el ataque de Dunkleosteus era el resultado de una compleja integración entre el cráneo, el cuello y la estructura torácica. Los investigadores detallan que estos componentes actuaban como un sistema perfectamente sincronizado.
Una especie de articulación natural entre la cabeza y el cuerpo le otorgaba una apertura bucal extraordinaria, mientras que los músculos del cuello y las placas del tórax reforzaban y aceleraban el movimiento de cierre.
Durante décadas se planteó la hipótesis de que este gigantesco pez podría haberse alimentado mediante succión. No obstante, el nuevo estudio descarta en gran medida esa posibilidad. La configuración de su cráneo, junto con la potencia de su musculatura y la forma de su boca, apunta a un método de caza basado principalmente en el corte y la presión directa, más que en la generación de vacío.
El trabajo no solo redefine la biología de Dunkleosteus, sino que también transforma la visión sobre los artródiros en general. Este grupo, que alguna vez se consideró relativamente uniforme, revela ahora una diversidad estructural y ecológica mucho más amplia de lo pensado.
¿Cuándo fueron descubiertos los primeros Dunkleosteus?
Los primeros restos de Dunkleosteus fueron hallados por Jay Terrelll en 1867 a orillas del Lago Erie en Sheffield Lake. Constaban de un cráneo parcial y una placa dorsal del escudo torácico, que posteriormente fueron destruidos en un incendio de Elyria.















