

La princesa Lilibet cumplió cuatro años y sus padres, Meghan Markle y el príncipe Harry, lo celebraron con un viaje familiar a Disneyland. Sin embargo, lo que parecía una tierna celebración infantil desató un nuevo foco de tensión con la realeza británica.
El detalle que más llamó la atención fue la elección del pastel: una tarta temática de La Sirenita, decorada con Ariel, la princesa que pierde la voz por amor a un príncipe que hoy toma mayor relevancia en el círculo de la Corona británica. Este gesto no fue inocente. En su entrevista de 2021 conOprah Winfrey, Meghan Markle comparó su propia experiencia en la Familia Real con la historia de Ariel.

"Se enamora de un príncipe y pierde la voz", dijo entonces, sugiriendo que la institución le había arrebatado su identidad. Al elegir este símbolo para su hija, Meghan parece reafirmar su narrativa y lanzar un nuevo mensaje a la Corona.
¿Una nueva provocación pública hacia la monarquía?
La publicación del cumpleaños en redes sociales fue cuidadosamente editada y difundida por Meghan, mostrando escenas felices, golosinas típicas del parque y a la familia disfrutando como cualquier turista. Pero el contexto y los símbolos elegidos reactivaron las alarmas en Buckingham.
Para muchos, este acto representa una forma sutil pero contundente de mantener viva la crítica a la institución monárquica, justo cuando la Casa Real intenta preservar su imagen ante los desafíos de salud del rey Carlos III y la ausencia prolongada de Kate Middleton.

El pastel de la discordía entre el príncipe Harry, Meghan Markle y la Corona británica
El pastel tiene un diseño temático de La Sirenita y consta de dos niveles decorados con gran detalle. En la parte superior se encuentra una figura tridimensional de Ariel, la princesa Disney, sentada sobre una roca con su característica melena roja, cola de sirena verde y top violeta. Justo debajo de ella, sobre el primer nivel, se puede leer la frase "Happy Birthday Lili" en glaseado rosado brillante.
Este primer nivel es cilíndrico y color azul claro, decorado con perlas comestibles y algas modeladas que descienden en espiral hacia el segundo piso, simulando una corriente marina que conecta ambos niveles.

En la base del pastel, el segundo nivel representa el fondo del mar, con detalles de corales, estrellas de mar, conchas, perlas y un modelado de Sebastián, el cangrejo, en actitud festiva. Los colores predominantes son el azul, verde agua y toques pastel que evocan el mundo submarino de Ariel.
El pastel resalta por su elaboración artística y por el simbolismo que carga: una recreación de la historia que Meghan Markle alguna vez utilizó como metáfora de su experiencia en la familia real británica.















