La Ciudad de México dio un giro de 180 grados tras la aplicación de la nueva Reforma a la Ley de Vivienda que obliga a los dueños de viviendas, casas, departamentos o cualquier otra unidad habitacional, a aceptar de forma obligatoria arrendatarios con niños y mascotas.

Hasta hoy, era un verdadero dolor de cabeza para las personas con hijos pequeños y mascotas, poder encontrar un lugar para vivir, pues a los estrictos requisitos y costos de los alquileres en CDMX, se les sumaba la barrera impuesta por los dueños de viviendas de filtrar los futuros arrendatarios, excluyendo a ciertos perfiles.

“El derecho a la vivienda adecuada es un derecho humano fundamental, el cual se deberá reconocer con base en los principios establecidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y en particular la Constitución de la Ciudad de México”, indica la Reforma de la Ley de Vivienda.

La nueva reforma a la Ley de Vivienda es implacable

Con la puesta en marcha de la Reforma a la Ley de Vivienda que se publicó en la Gaceta Oficial de la CDMX el pasado 27 de octubre, todas las personas con niños pequeños y mascotas como gatos y perros, entre otros, deberán ser aceptados sin problemas al momento de rentar un nuevo lugar para vivir.

La Ley de Vivienda modificó su artículo 4, dejando estipulado que por ningún motivo, los dueños de casas podrán impedir o poner como dicción para alquilar, la exclusión de niños y mascotas, considerando a estos últimos, como “seres sintientes”.

Asimismo, no podrán negar la celebración de un contrato por religión, orientación sexual, estado civil y origen étnico, entre otras razones.

“Por ningún motivo será obstáculo para el ejercicio del derecho a la vivienda: la condición económica, el origen étnico o nacional, apariencia física, color de piel, lengua, género, edad, discapacidades, condición social, situación migratoria, condiciones de salud, embarazo, religión, opiniones, preferencia sexual, orientación sexual, identidad de género, expresión de género, características sexuales, estado civil, las creencias políticas, así como la cohabitación con infancias y seres sintientes”, detalla la Ley de Vivienda actual.