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En Italia, un equipo de arqueólogos finalmente logró excavar bajo los pisos de la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, uno de los sitios más sagrados del cristianismo. Lo que encontraron dejó asombrados tanto a creyentes como a científicos: restos de olivos y vides de 2.000 años de antigüedad que coinciden exactamente con la descripción bíblica del lugar donde Jesús fue sepultado.

El Evangelio de Juan describe el sitio de la crucifixión con una frase breve pero poderosa: “En el lugar donde Jesús fue crucificado había un jardín, y en el jardín un sepulcro nuevo”. Durante siglos, esta referencia pareció más un recurso literario que una pista arqueológica concreta. Hasta ahora.

Un equipo italiano excavó bajo los pisos del Santo Sepulcro en Jerusalén y encontró restos de olivos y vides datados en 2.000 años. Fuente: Shutterstock.
Un equipo italiano excavó bajo los pisos del Santo Sepulcro en Jerusalén y encontró restos de olivos y vides datados en 2.000 años. Fuente: Shutterstock.

Un descubrimiento que esperó siglos bajo el suelo sagrado

La excavación, dirigida por la arqueóloga Francesca Romana Stasolla de la Universidad La Sapienza de Roma, comenzó en 2022 cuando las tres comunidades religiosas que administran la iglesia —el Patriarcado Ortodoxo, la Custodia de Tierra Santa y el Patriarcado Armenio— finalmente acordaron renovar el piso del siglo XIX del templo.

Bajo ese piso, el equipo encontró una cantera que data de la Edad de Hierro, utilizada posteriormente como sitio de sepultura durante la época de Jesús. Pero lo más revelador fue lo que ocurrió entre esos dos períodos históricos.

Los arqueólogos descubrieron que el área había sido utilizada para agricultura, con evidencia de olivos y vides de 2.000 años de antigüedad. Muros de piedra bajos fueron construidos y el espacio entre ellos se llenó con tierra cultivable, creando exactamente el tipo de jardín que describe el evangelio.

Cuando la arqueología encuentra las escrituras

Los hallazgos arqueobotánicos han sido especialmente interesantes para nosotros”, explicó Stasolla al Times of Israel. La investigadora destacó que el Evangelio de Juan menciona un área verde entre el Calvario y la tumba, y ellos identificaron precisamente estos campos cultivados.

El equipo de excavación, compuesto por entre 10 y 12 personas que se turnan en el sitio, ocasionalmente recibe apoyo de especialistas como geólogos, arqueobotánicos y arqueozoólogos. Su trabajo meticuloso también desenterró monedas y cerámica que datan aproximadamente del siglo IV, coincidiendo con la época en que el emperador Constantino —el primer emperador romano en convertirse al cristianismo— ordenó la construcción de la primera versión de la iglesia sobre este sitio.

La cantera original se había convertido en un cementerio con varias tumbas talladas en la roca durante la época de Jesús. No era el único sitio de este tipo en Jerusalén, pero fue el que los primeros cristianos identificaron como el lugar de la sepultura de Cristo, razón por la cual Constantino eligió este emplazamiento para su iglesia.

Un equipo italiano halló material vegetal que coincide con la referencia evangélica a un jardín junto al sepulcro donde fue sepultado Jesús. Fuente: Shutterstock.
Un equipo italiano halló material vegetal que coincide con la referencia evangélica a un jardín junto al sepulcro donde fue sepultado Jesús. Fuente: Shutterstock.

Más que piedras: la historia de la fe humana

Stasolla reconoce que el análisis completo de todos los artefactos descubiertos tomará años. Sin embargo, cuando se le preguntó si este hallazgo prueba definitivamente el sitio de sepultura de Cristo, la arqueóloga optó por una perspectiva más amplia y humana.

“El verdadero tesoro que estamos revelando es la historia de las personas que hicieron de este sitio lo que es al expresar su fe aquí”, declaró. Para ella, independientemente de las creencias individuales sobre la historicidad del Santo Sepulcro, el hecho objetivo es que generaciones de personas han creído en su autenticidad. “La historia de este lugar es la historia de Jerusalén, y al menos desde cierto momento, es la historia de la adoración a Jesucristo”, concluyó.