

A pesar de que asumen puestos de liderazgo en las empresas, como directoras, gerentes, jefas y analistas; se destacan como investigadoras y científicas, y también crean sus propios emprendimientos, las mujeres continúan siendo una minoría en la industria tecnológica. De hecho, de cada tres varones sólo una mujer trabaja en el sector de IT. Es que los estereotipos, que asocian una mayor destreza de los hombres en las carreras técnicas, los ambientes laborales masculinizados, los prejuicios que inhiben nombrar mujeres en puestos de dirección y el complejo equilibrio entre la maternidad, la vida familiar y la extensa jornada laboral, que demanda un puesto de dirección, son algunos factores que obstaculizan el avance de las mujeres en la industria tecnológica.
En los últimos años, sin embargo, varias son las damas que se han puesto a la cabeza de las principales empresas de tecnología. Como Ginni Rommety, presidente de IBM; Meg Whitman, presidente de HP; Ursula Burns, CEO de Xerox; Safra Catz, presidente y CFO de Oracle, y Marisa Mayer, CEO de Yahoo!. En la Argentina, el mes pasado, Oracle nombró a Silvia Tenazinha como su presidenta. Por su parte, la directora General de Microsoft, Sandra Yachelini, acumula experiencia como líder de las operaciones de EDS (HP) y de SAP.
En su edición de noviembre, Information Technology aborda, en su nota de tapa, cómo se desarrolla la inserción de la mujer en el mundo IT, a partir de cuatro enfoques: la experiencia de mujeres que trabajan como gerentes de Sistemas y CEOs de firmas IT; cómo crean sus proyectos las de mujeres emprendedoras; el desarrollo profesional de las investigadoras; y la vocación de las jóvenes alumnas de ingeniería Informática y Sistemas.
A partir de entrevistas y análisis de encuestas, la nota indaga, entre otros, en temas como: ¿Cuál es el aporte femenino a la tecnología? ¿En qué medida las políticas que tienden al equilibrio de la vida laboral y familiar podrían alentar una mayor inserción de las mujeres en la vida corporativa?
La cantidad de mujeres, trabajando en actividades vinculadas al desarrollo de Software y Servicios Informáticos (SSI) en el país es muy baja, si se la compara con la participación promedio de las mujeres en el mercado de trabajo. Por cada tres varones, hay una mujer en SSI, analiza Paula Nahirñak, investigadora del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea.
Diferencias de género
La industria tecnológica reproduce un problema generalizado en el resto de la economía: la diferencia entre las remuneraciones que perciben mujeres y hombres, a favor de estos últimos. En un sector de alta calificación y donde se profundiza la escasez de recursos humanos, esta desigualdad es más atenuada que en otros mercados. Con respecto al salario, se observan diferencias de género, aunque menores a las que se registran en el resto de los sectores de actividad -confirma Paula Nahirñak-. Las mujeres reciben un salario un 4,8% menor que el promedio en las actividades SSI, mientras que la diferencia alcanza el 15,7% para el promedio general.
Las ejecutivas consultadas coinciden en que el punto crítico continúa siendo compatibilizar la carrera laboral con la maternidad, que puede demorar promociones o motivar la renuncia al trabajo ante jornadas laborales extremamente prolongadas. Como contracara, insisten sobre la necesidad de que las empresas adopten políticas de flexibilidad y enfatizan que la ayuda de familiares y la colaboración de sus parejas fueron cruciales para poder sostener -con sacrificios- las exigencias de una carrera y la vida familiar.










