La primera ministra británica, Theresa May, anunció hoy que si el 12 de marzo el Parlamento británico rechaza su acuerdo del Brexit -que negoció con Bruselas-, les ofrecerá a los legisladores que voten para pedir un aplazamiento del Brexit como mínimo hasta junio.

Es la primera vez que May admite que se pueda posponer el Brexit, y lo hace presionada por los enfrentamientos en el Parlamento británico donde debaten cómo salir de la UE, e incluso se cuestionan si efectivamente el Reino Unido debe salir del bloque.

En todo caso, el 14 de marzo votarían por única vez sobre una extensión “breve y limitada para posponer el Brexit hasta mediados de año. May dio ese plazo, de junio, para no colisionar con las elecciones del 26 de mayo para el Parlamento Europeo.

"Estos son compromisos que estoy haciendo como primera ministra y me voy a ceñir a ellos", remarcó.

Es una concesión enorme para May, quien en reiteradas ocasiones afirmó que su acuerdo para el Brexit -consensuado entre Londres y Bruselas- no sólo es el mejor y el único ofrecido, sino que además sería imprudente demorar la salida de la UE.

En cualquier escenario, May subrayó hoy ante el Parlamento británico que el “Reino Unido sólo se irá sin un acuerdo el 29 de marzo si hay un consentimiento explícito en la Cámara de los Comunes en ese sentido .

En su declaración, May ofreció alternativas para desenredar el nudo del Brexit, después de que los Comunes rechazasen en enero el documento que ella negoció con las autoridades en Bruselas.

Cómo siguen las deliberaciones

La premier se comprometió a presentar un acuerdo del Brexit retocado a más tardar el próximo 12 de marzo. Pero si no hay consenso en la cámara baja a favor de ese pacto, entonces los Comunes podrán votar sobre si quieren una retirada de la UE sin acuerdo.

De no aprobarse, ella le propondría al Parlamento votar el 14 de marzo sobre la posibilidad de solicitar una “extensión corta y limitada al Artículo 50 del Tratado de la Unión Europea, que activó el plazo de escisión.

Para postergar este "divorcio", el Parlamento de Westminster tendrá que aprobar antes la legislación correspondiente, ya que actualmente está en vigor una ley que fija la salida del Reino Unido del bloque europeo para el 29 de marzo de 2019.

La primera ministra, muy presionada dentro y fuera de su partido, ofreció estas tres opciones cuando faltan menos de cinco semanas para el Brexit y después de que varios diputados pro-europeos advirtiesen de que podían dimitir si May no se comprometía a impedir una salida no negociada.

El anuncio fue hecho en el marco de la comparecencia de la jefa del Gobierno ante los diputados para informarles sobre el estado de sus negociaciones con Bruselas sobre el pacto del Brexit, en concreto sobre la controvertida salvaguarda irlandesa, ideada para evitar que la República de Irlanda e Irlanda del Norte tengan una frontera física.

Como había adelantado May el pasado fin de semana, los diputados podrán votar sobre el acuerdo el 12 de marzo, si bien mañana tendrán la posibilidad de presentar enmiendas a una moción neutra a fin de conocer la posición de la Cámara sobre el proceso del Brexit.

Theresa May y Jean-Claude Juncker

May informó que habló con cada uno de los líderes de la UE para explicar la posición británica y dijo que se reunió con los presidentes de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y del Consejo Europeo, Donald Tusk.

Al mismo tiempo, May adelantó que el Gobierno espera dar a conocer un documento sobre el impacto económico que tendría para el Reino Unido una retirada de la UE sin acuerdo.

El texto negociado con Bruselas fue rechazado de manera abrumadora por los diputados el pasado 15 de enero -con 202 votos a favor y 432 en contra-, sobre todo por el descontento del ala más euroescéptica de los conservadores sobre la salvaguarda o "garantía" irlandesa.

Esa cláusula irlandesa establece que el Reino Unido permanezca en la unión aduanera y que la provincia británica de Irlanda del Norte también esté alineada con ciertas normas del mercado único hasta que se establezca una nueva relación comercial entre ambas partes.

May pide a la UE garantías de que el Reino Unido no permanecerá atado a las normas del mercado único si Londres y Bruselas no llegan a un acuerdo sobre su futura relación después del Brexit.