El presidente ruso, Vladimir Putin, firmó hoy junto a los líderes de Crimea y Sebastopol el acuerdo para la anexión de esa península y la ciudad autónoma al seno de la Federación Rusa, ante el rechazo de las nuevas autoridades ucranianas y en franco desafío a las amenazas occidentales.

“Habrá dos nuevos integrantes de Rusia, Crimea y la ciudad de Sebastopol”, dijo Putin en un aplaudido discurso en el Kremlim, minutos después de la firma del tratado con el primer ministro crimeo, Serguei Axionov, el jefe del parlamento, Vladimir Konstantinov, y el jefe de Sebastopol, Alexei Chali, que se integrará en Rusia como ciudad federada.

“No pudimos dejar sin respuesta la petición de Crimea y de su pueblo. No ayudar a Crimea hubiera sido una traición”, dijo Putin en medio de ovaciones, con la sala San Jorge del Kremlim como escenario, antes de asegurar que respetará a todos los grupos étnicos de Crimea y que se mantendrán tres lenguas oficiales, el ruso, el ucranio y el tártaro.

Por su parte, Kiev denunció la tensión militar en la rebelde autonomía tras la muerte de un suboficial ucraniano durante un asalto a una base militar de Ucrania en Simferópol, capital de Crimea, por parte militares supuestamente rusos pero sin distintivos. "El conflicto ha dejado de ser político y ha pasado a la esfera militar‘, dijo el primer ministro, Arseni Yatseniuk. "Hoy los soldados rusos dispararon contra militares ucranianos", afirmó Yatseniuk en su intervención en directo por la televisión ucraniana.

A su vez, el presidente interino ucraniano, Alexandr Turchínov, aseguró que su país ha sido saqueado por Rusia, que Crimea ‘es y será territorio de Ucrania‘, y denunció que el líder ruso, Vladímir Putin, ‘copia a los fascistas del siglo pasado, anexionando un territorio de un país independiente, reconocido por todo el mundo‘. Acto siguiente, el Ministerio de Defensa de Ucrania autorizó el uso de armas a sus militares emplazados en Crimea, al denunciar que los agresores que atacaron la unidad militar ‘iban con uniformes de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa sin distintivos y armados con fusiles de asalto y un rifle de francotirador‘. El comandante de la unidad habría sido retenido por los asaltantes para obligarle a pasarse de bando, según las autoridades ucranianas, y ‘todos los militares (de la base) fueron arrestados y les quitaron los documentos y el dinero. Les sacaron, les formaron y les desarmaron‘. Pocas horas antes, el presidente ruso y los líderes de Crimea firmaron en el Kremlin un tratado bilateral por el que se acogió a la república.

Putin, en tanto, ante los parlamentarios rusos y los dirigentes de la península, que interrumpieron una treintena de veces el discurso, el mandatario puso de relieve las “contradicciones de Occidente en relación a Ucrania” e hizo hincapié en que Crimea “ha sido y “será siempre” parte de Rusia.

“No pueden llamar a la misma cosa negra hoy y blanca mañana”, dijo, aludiendo a los países que firmaron la independencia de Kosovo de Serbia y ahora “le niegan a los crimeos el mismo derecho”.

Para Putin, los “socios occidentales (...) cruzaron la línea” y se comportaron ‘irresponsablemente”.

También incluyó duras críticas contra los nuevos líderes de Ucrania, en el poder desde la destitución del presidente proruso Viktor Yanukovich el mes pasado, entre los que se encuentran, dijo, ‘neonazis, rusofóbicos y antisemitas‘.

Antes de las palabras de Putin, Estados Unidos y la Unión Europea intentaron disuadir a Moscú mediante advertencias y adoptando medidas tales como el congelamientos de cuentas y la negativa de visas a algunos líderes rusos y crimeos.

Sin embargo, horas después de que había hablado el mandatario ruso las potencias occidentales no concretaron ninguna medida de envergadura y volvieron advertir que incrementarían las sanciones, sin dar mayores detalles, y las presiones diplomáticas.

FUENTE: Agencias Moscu, Crimea y Kiev