

Con la voz quebrada y los ojos llorosos, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, asumió ayer en una comparecencia ante el Senado la responsabilidad por el ataque al consulado de su país en Bengazi, Libia, donde murieron cuatro estadounidenses, entre ellos el embajador Chris Stevens, hace 4 meses. Hubo deficiencias en la respuesta. Asumo la responsabilidad, admitió Clinton. Una serie de fallas sistémicas de gestión provocaron que el consulado no contara con la seguridad suficiente en el momento del ataque, según la investigación.










