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Brasil consolida su posición como potencia naval de América Latina. La Marina brasileña presentó este miércoles el submarino “Almirante Karam”, el cuarto de la clase Scorpene fabricado completamente en el país, en una ceremonia que también marcó la entrada en operaciones del “Tonelero”, el tercero de esta serie.
El evento se realizó en el Complejo Naval de Itaguaí, en las afueras de Río de Janeiro, la base de construcción, mantenimiento y operación de submarinos más grande y moderna de Latinoamérica.
Más de dos mil empleados participaron en el desarrollo y fabricación del Almirante Karam, un sumergible de propulsión diésel-eléctrica que refuerza la capacidad defensiva brasileña en el Atlántico Sur, zona que Brasil denomina “Amazonia Azul” por su riqueza en recursos naturales.
El acto, que iba a encabezar el presidente Lula da Silva pero finalmente no pudo asistir por su regreso de la cumbre del G20 en Sudáfrica, reunió al jefe de la Armada, almirante Arturo Fernando Bettega Corrêa; al ministro de Defensa, José Múcio Monteiel; a la presidenta del Tribunal Superior Electoral, Cármen Lúcia Antúnez Rocha; y al comandante de la Marina, Marcos Sampaio Olsen.

Brasil incorpora un arma letal que alarma a las potencias y avanza a la era nuclear
Brasil desarrolla estos submarinos en el marco del Programa PROSUB, un acuerdo comercial con la compañía francesa Naval Group que inició en 2008 y demandó una millonaria inversión para modernizar la base de Itaguaí.
La empresa francesa, con más del 60% de su capital accionario en manos del Estado galo, supervisa todo el proceso de producción y transfiere conocimiento a ingenieros brasileños.
El Almirante Karam suma a los ya operativos Riachuelo (S40), Humaitá (S41) y ahora Tonelero, todos de propulsión convencional diésel-eléctrica.
El submarino que define el futuro nuclear de Brasil
Con esta etapa del programa finalizada, Brasil se prepara para el mayor desafío: desarrollar su primer submarino de propulsión nuclear, bautizado “Álvaro Alberto”.
Las autoridades proyectan tenerlo listo para 2033, siempre que no se produzcan recortes presupuestarios. El convenio implica una inversión considerable estimada en hasta 25.000 millones de reales (u$s 4472 millones).
Los submarinos nucleares alcanzan velocidades mucho mayores que los convencionales y navegan varias horas sin necesidad de emerger para recargar baterías, lo que los convierte en plataformas prácticamente indetectables y con autonomía casi ilimitada.
Este salto tecnológico colocará a Brasil en el selecto grupo de países con capacidad para operar submarinos de propulsión nuclear, redefiniendo su proyección geopolítica y militar en el Atlántico Sur.















