

La primera vuelta en Brasil tuvo un final abierto y sorpresivo. Cuando se dieron a conocer los primeros resultados oficiales, nadie parecía creer que Aécio Neves, el candidato de la derecha y quien hasta hace unos días atrás tenía el 20% de los votos, se quedaba con el segundo puesto de cara al ballotage que se disputará el 26 de octubre. El líder del PSDB logró resistir el huracán Marina Silva, quien según las encuestadoras y analistas brasileños era la gran promesa para robarle la reelección a la presidenta Dilma Rousseff.
Durante la tarde del domingo, el ex presidente Lula Da Silva, mentor político y antecesor de Dilma, auguró a modo de profecía el resultado: “Veo una segunda vuelta entre Dilma y Aécio”, afirmó. Y adelantó que la presidenta no teme a las denuncias sobre corrupción en la compañía Petrobras y está preparada para debatir sobre ilegalidades y sobornos con el aspirante al sillón presidencial de la Social Democracia. “La presidenta Dilma quiere y mucho debatir sobre corrupción con Aécio”, además de economía y salud, agregó.
En sus 12 años en el poder, el Partido de los Trabajadores de Rousseff y su antecesor logró que 40 millones de pobres ingresaran en la clase media, dándole a la primera mujer presidenta de Brasil grandes chances de conquistar la primera vuelta.
Pero millones de brasileños también reclaman un cambio, tras cuatro años de magro crecimiento en la séptima economía mundial – el mercado espera un PIB de apenas 0,3% este año-, elevada inflación (6,5%) y escándalos de corrupción vinculados al PT. En este sentido, a medida que Silva subía en los sondeos, el mercado paulista, el mayor de América Latina, vivió días de euforia y registró ganancias históricas, que le llevaron a quebrar una y otra marca gracias al entusiasmo generado por el ‘Estado mínimo‘ que la ecologista le ofrecía a los brasileños.
La ambientalista encarnaba la otra cara de la moneda que ofrecía Rousseff, quien defendió en su campaña el papel de ‘regulador‘ de la actividad económica asumido por el Estado, que subsidia a los más pobres y a las industrias en problemas, como la automovilística o la de construcción, mediante rebajas tributarias o créditos públicos
El modelo impuesto por Rousseff, sin embargo, ha redundado en un bajo crecimiento económico, que fue del 2,7 % en 2011, el 1,0 % en 2012, un 2,3 % en 2013 y para este año se prevé en torno al 0,30 %
Otra propuesta de Silva que fue bien recibida por los mercados apuntaba a una nueva orientación del comercio exterior del país, centrado hoy en el eje sur-sur y que la candidata ofrecía inclinar más hacia los mercados de Estados Unidos y la Unión Europea (UE)
La derrota de la ecologista, sin embargo, no cierra todas las puertas a esas corrientes del pensamiento, que aún tienen en Neves un candidato que ofrece reducir el tamaño del Estado y redefinir las relaciones con países de la región. Es por eso que se espera que el líder del PSDB haga hincapié en su programa económico para tener el apoyo de los mercados de cara a los cuatro debates presidenciales que se llevarán a cabo de aquí al 26 de octubre,
En el caso de Dilma, la mandataria adelantó ayer en su discurso post electoral parte de la estrategia que prepara para lograr su reelección. Se comprometió a renovar su plan económico para que Brasil salga de la meseta en la que se encuentra y vuelva al camino del crecimiento. En el Palacio de Planalto trabajan a contra reloj para encantar al elecotorado y evitar que una alianza entre Aécio y Marina frustre los planes del PT de seguir en el poder hasta el 2018.













