

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quedó ayer a un paso de perder el respaldo de su vicepresidente Michel Temer en la batalla para frenar el impeachment, una debacle política que de concretarse puede sumar voluntades dentro de la alianza oficialista en el Congreso a favor de sacar de su cargo a la mandataria.
Presidente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), una agrupación de centro principal sostén del gobierno y con la mayor bancada legislativa, Temer envió el lunes una carta personal a Rousseff en la que le reprochó no haber confiado nunca en él ni en su agrupación y haberlo tratado como un "vicepresidente decorativo" durante los cuatro años de su primer mandato.
La misiva, que se filtró ayer a la prensa, tuvo el impacto de una bomba política, porque Dilma, que conduce un país con una grave crisis económica y goza de una popularidad de 10%, reiteraba que confiaba en la adhesión de su vice a la batalla contra el juicio político. Pero ahora el Partido de los Trabajadores (PT) deberá afilar las cuentas para verificar si tiene los votos suficientes para rechazarlo.
Lo que ocurre es que el PMDB está dividido entre quienes quieren romper con el gobierno y el PT, a quien acompaña desde la primera presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva, una postura que defiende el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, y los que insisten en sostener la alianza, donde hasta ahora se ubicaba Temer, y en esa puja se dirimirá la suerte de Dilma.
Las señales en los últimos días no eran auspiciosas, aunque Temer había evitado expresar claramente cuál sería su posición frente al proceso de juicio político en el Congreso. A inicios de la semana, Eliseu Padilha, un alfil de Temer, renunció al ministerio de Aviación Civil, y el gobierno temió una ola de salidas, lo que no ocurrió.
En declaraciones al diario OGlobo, el vicepresidente había expresado que el pedido de impeachment, que despuntó por el aval de Cunha, "sí tiene sustento jurídico", contra la postura de Dilma, que lo atribuye a un intento de golpe de quienes fueron derrotados en las urnas el año pasado, en referencia a los socialdemócratas de Aécio Neves.
Y ayer agregaron leña a la confusión general las declaraciones de su oficina de prensa, insistiendo en que Temer no proponía la ruptura y cuestionando la divulgación de la carta, por la que señalan al Palacio do Planalto.
Según el columnista del diario OGlobo Jorge Bastos Moreno, la filtración a la prensa de la carta "confidencial" de Temer irritó al vicepresidente.
"Escribí una carta confidencial y personal a la presidenta de la República. Tuve el cuidado de mandar personalmente a mi jefa de Gabinete para entregarla. Pero una vez más evalué mal. Al llegar a Brasilia, me sorprendí con el hecho gravísimo de que el Palacio (del Planalto) divulgó la carta confidencial, disparó Temer.
Analistas políticos sostenían ayer que la jugada del vice apuntaba a posicionarse en el tablero político como un polo de poder en momentos en que se resquebraja la figura de Rousseff. Él será quien deba asumir la presidencia en caso de que el Senado apruebe la destitución de Dilma.
Cunha, investigado en la justicia por poseer dinero en Suiza sin declarar que sería producto de sobornos provenientes de Petrobras, sufre un proceso en una comisión de ética de Diputados, que podrá quitarle el cargo y el escaño.
Ayer el PT sufrió otra derrota, cuando se impuso una lista con mayoría de legisladores opositores para integrar la comisión especial de Diputados que evaluará dar o no continuidad al impeachment, paso previo a la votación en el plenario de la cámara Baja.













