

Los nombres de los últimos directores del Fondo Monetario Internacional no quedarán en la páginas de honor del organismo internacional de crédito, sino en las páginas amarillas de los acusados por la Justicia.
Ayer, el ex director del FMI y ex vicepresidente del gobierno español, Rodrigo Rato, fue detenido bajo acusación de fraude al fisco y blanqueo de capitales. Rato se había acogido en 2012 a una amnistía fiscal aprobada por el gobierno para regularizar su patrimonio. Pero la norma establece que quien haya cometido un delito de blanqueo o alzamiento de bienes seguirá siendo responsable de ello aunque se hubiese acogido a la amnistía fiscal, lo que hizo que la Agencia Tributaria detectara 705 casos sospechosos, entre los que incluyó a Rato.
Medios españoles publicaron que Rato posee, desde finales de 2013, el 75% de una sociedad con conexiones en Gibraltar y las Islas Vírgenes, aunque el ex responsable del FMI lo ha negado.
Rodrigo Rato fue ministro de Economía y vicepresidente del gobierno español a cargo de José María Aznar entre 1996 y 2004 y director gerente del FMI entre 2004 y 2007.
Su sucesor en el cargo, el francés Dominique Strauss-Khan, tampoco será recordado por su honorabilidad. En 2011 se vio obligado en 2011 a renunciar a su cargo envuelto en un escándalo por abuso sexual, que después derivó en acusaciones que lo vinculaban con una red de prostitución, orgías y proxeitismo.
La actual gerenta del Fondo, Christine Lagarde, también ha tenido que responder ante los tribunales franceses por negligencia en un polémico caso de arbitraje entre el empresario Bernard Tapie y el banco Crédit Lyonnais, cuando ella ocupaba la cartera de Economía entre 2007 y 2011. La acusación apunta que Lagarde abusó de su cargo cuando dio su acuerdo para que el Estado le pagara con fondos públicos una compensación de 280 millones de euros a Bernard Tapie.










