

Arabia Saudita, Bahréin y Emiratos Arabes Unidos (EAU) así como Egipto rompieron relaciones diplomáticas con Qatar tras acusarlo de apoyar al "terrorismo", con lo cual se abrió la crisis más grave desde la creación en 1981 del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG).
El pequeño emirato rico en hidrocarburos que importa el 50% de sus comestibles rechazó la decisión "injustificada" y "sin fundamento", y denunció que su objetivo es "poner al Estado (de Qatar) bajo tutela" y asfixiarlo económicamente.
Los cuatro países también cerraron sus espacios aéreos a Qatar así como los accesos marítimos y el único terrestre por Arabia Saudí. Les prohibieron a sus ciudadanos viajar a Qatar y vetaron la entrada de cataríes a sus territorios.
La Bolsa de Doha cerró el lunes en baja de 7,58% y los habitantes de la capital se lanzaron a los supermercados para acopiar alimentos, según Doha News.
Arabia Saudita, EAU y Bahréin justificaron la ruptura con Qatar por su "apoyo al terrorismo": a Al Qaida, al grupo Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés) y a los Hermanos Musulmanes, cofradía considerada "terrorista" por Egipto y los países del Golfo.
La crisis se produce dos semanas tras la visita a Riad del presidente estadounidense, Donald Trump, en la que exhortó a árabes y musulmanes a movilizarse contra el extremismo.
Qatar siempre ocupó un lugar aparte en el CCG, prosiguiendo su propia política regional y afirmando su influencia a través del deporte, como con la organización del Mundial 2022 de fútbol y de los medios de comunicación, con el canal de TV Al Jazeera.
Ahora las autoridades saudíes anunciaron el cierre de las oficinas de esa emisora en Riad y le retiraron la licencia a la cadena que, en su opinión, "alienta a los grupos terroristas".













