

El Banco del Vaticano, afectado durante décadas por escándalos y acuerdos oscuros, publicó ayer por primera vez en sus 125 años de historia sus cuentas, en otro cambio significativo en pos de la transparencia que el Papa Francisco el argentino Jorge Mario Bergoglio intenta promover en la Iglesia.
El informe del balance abarcó el 2012, un año tumultuoso en el que su ex presidente fue despedido en medio de filtraciones de documentos sobre desacuerdos internos sobre cómo debe ser manejado el banco, cuyo nombre oficial es Instituto para las Obras de Religión (IOR).
El presidente de la entidad, Ernst Von Freyberg, quien comenzó a trabajar este año, dijo que el informe de 100 páginas era un intento por cumplir los compromisos de transparencia que los católicos legítimamente esperan.
Un comité de cinco miembros designados por el Papa Francisco, quien prometió limpiar la imagen financiera del Vaticano, también está preparando un reporte sobre cómo reformar el banco.
De acuerdo al balance, en 2012 el banco tuvo una ganancia neta de 86,6 millones de euros (u$s 117,23 millones), cuatro veces mayor que la utilidad de 20,2 millones de euros del 2011.
El informe, cuyos números fueron auditados por KPMG, dijo que el enorme incremento de la ganancia neta se debía principalmente a resultados comerciales favorables y al valor más elevado de los bonos.
El objetivo declarado del banco es guardar y manejar el dinero para los departamentos del Vaticano, la ordenación de curas y monjas, las instituciones católicas y entidades relacionadas, el clero y los empleados de la Santa Sede. Pero la entidad se ha visto envuelta en escándalos en las últimas tres décadas, particularmente en 1982, cuando fue vinculado a la quiebra fraudulenta del Banco Ambrosiano de Italia, cuyo presidente Roberto Calvi fue hallado ahorcado bajo un puente en Londres.
Más recientemente, quedó involucrado en una investigación de jueces italianos sobre lavado de dinero, que el banco niega, y el arresto de un prelado del Vaticano que fue acusado de tráfico de dinero.
El Papa Francisco no ha excluido la posibilidad de cerrar el IOR, pero lo más probable es que se haga una exhaustiva reforma. Como parte de la actual revisión, probablemente el banco cierre todas las cuentas en manos de embajadas extranjeras, luego de preocupaciones sobre grandes depósitos de efectivo y extracciones de las misiones de Irán, según pudo saber Reuters.
Más allá de los números, el informe deja en claro que el 2013 será un año crucial para el banco, que data de 1887.










