
Ricardo de Sousa hizo millones vendiendo drones, masajeadores de cuello, entre otros. En febrero, lanzó lo que podría convertirse en la mayor operación de especulación con máscaras faciales de Internet a través de correo electrónico.
Mil millones de e-mails fueron enviados. Especialmente, a conservadores estadounidenses.
Cuando las personas comenzaron a darse cuenta de lo esencial que es utilizar un barbijo, más de mil millones de correos electrónicos como estos llegaron a las bandejas de entrada. Con el lema: "¡protegerte a ti y a tu familia, es vital!". Sin embargo, las personas que compraron recibieron máscaras sin certificación y de pésima calidad.
Las máscaras se vendieron por completo rápidamente.
La empresa SafeMask promocionaba sus máscaras como reutilizables cuando no lo eran: sin embargo, no existe tal empresa. Sousa creó el nombre a mediados de enero para revender barbijos y mascarillas que él había comprado en Turquía y en China.
No son reutilizables, cuando fueron vendidas como reutilizables. No tienen certificación europea ni tampoco la de la FDA en Estados Unidos. La publicación también las promocionaba como “mascarillas con filtro azul : todas mentiras para el consumidor.
En la mayoría de los casos, las personas no recibieron la compra o recibieron un producto de mala calidad. ¿Quién envió los mails? Varias personas denunciaron a Ricardo de Sousa y a su empresa fantasma, entre ellos, un actor por publicidad engañosa.











