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El profesor de la Universidad de Harvard, Tal Ben-Shahar, reveló que existe un acrónimo que define los 5 pilares esenciales en los que se basa la felicidad de una persona: SPIRE.
Esta particular sigla abarca desde lo espiritual hasta lo físico, pasando por lo intelectual, lasrelaciones y las emociones, haciendo que cada aspecto en nuestra búsqueda de una vida plena y feliz sea más que importante.
La espiritualidad que lo rodea
La espiritualidad trasciende la religión y secentra en la conexión con uno mismo y el entorno. Implica estar presente, ser consciente y buscar un propósito vital.
Esta dimensión puede manifestarse en la rutina diaria, encontrando significado en nuestras acciones y contribuciones al mundo. La práctica espiritual fomenta elementos fundamentales para alcanzar un estado de bienestar y satisfacción personal:
- La reflexión.
- La gratitud.
- La paz interior.
El estado físico de uno mismo
El ejercicio regular fortalece el cuerpo y libera endorfinas, mejorando nuestro estado de ánimo. Dedicar tan solo media hora, tres veces por semana, a la actividad física puede marcar una diferencia significativa en nuestra salud y felicidad.
Según el portal Saber Vivir, el cuidado del cuerpo se traduce en mayor energía, claridad mental y una actitud positiva ante la vida.
El intelecto de una persona
El aprendizaje continuo y la apertura a nuevas experiencias estimulan nuestro intelecto y previenen el estancamiento emocional. Cultivar la curiosidad nos mantiene motivados, creativosy resilientes frente a los desafíos de la vida.
La búsqueda constante de conocimiento enriquece nuestra perspectiva y nos ayuda a encontrar soluciones innovadoras a los problemas cotidianos.
Las relaciones interpersonales
Invertir tiempo en vínculos significativos con familiares y amigos fortalece nuestro apoyo emocional y sentido de pertenencia. La amabilidad y la generosidad en nuestras interacciones benefician a los demás, pero también mejoran nuestro propio bienestar. Cultivar relaciones sanas y profundas nos brinda alegría, comprensión y un propósito compartido.
Las emociones que uno siente
Aprender a afrontar y procesar emociones difíciles nos hace más resilientes y equilibrados. Paralelamente, es fundamental cultivar y disfrutar de las emociones positivas, reconociendo su impacto en nuestro bienestar general.
Desarrollar inteligencia emocional nos permite entendernos mejor a nosotros mismos y a los demás, mejorando nuestra calidad de vida y relaciones interpersonales.