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Cada vez más personas buscan ahorrar en productos de limpieza sin resignar resultados y eficiencia. En este marco, los trucos caseros cobraron una gran relevancia en el cuidado y el mantenimiento del hogar.

Uno de los más populares es la mezcla de sal con detergente, una combinación simple, económica y eficaz que puede reemplazar a varios artículos del supermercado.

El secreto está en que ambos ingredientes se potencian: la sal, por su textura granulada, funciona como un abrasivo natural que ayuda a arrastrar la suciedad sin dañar superficies; mientras que el detergente líquido actúa como un potente desengrasante y desinfectante.

Para qué sirve la mezcla de sal con detergente

Este preparado casero tiene múltiples usos en la limpieza cotidiana:

  • Quitar grasa difícil en ollas y sartenes: ideal para restos pegados, ya que facilita el lavado sin necesidad de frotar con fuerza.
  • Desinfectar tablas de madera: la sal absorbe la humedad y el detergente elimina bacterias, restos de carne o vegetales.
  • Recuperar el brillo del acero inoxidable: limpia manchas sin rayar la superficie.
  • Eliminar malos olores del fregadero: basta con dejar actuar la mezcla unos minutos para neutralizar aromas desagradables.
  • Lavar trapos y esponjas muy sucias: en remojo, ayuda a desengrasar y desinfectar a fondo.

Cómo preparar y aplicar la mezcla

  1. Colocar 3 cucharadas de sal gruesa en un recipiente.
  2. Agregar 2 cucharadas de detergente líquido.
  3. Mezclar hasta obtener una pasta homogénea.
  4. Aplicar sobre la superficie, dejar actuar unos minutos y enjuagar con abundante agua.

Otros usos de la sal en la limpieza del hogar

Más allá de este truco, la sal tiene múltiples aplicaciones que la convierten en un clásico de la limpieza natural:

  • Quitar manchas de vino tinto en manteles o ropa: espolvorear sal sobre la mancha fresca ayuda a absorber el líquido.
  • Destapar desagües lentos: combinada con vinagre y agua caliente, actúa como desincrustante.
  • Eliminar humedad en ambientes cerrados: colocar recipientes con sal en placares o cajones ayuda a absorber la humedad y evitar malos olores.
  • Lustrar objetos de cobre o bronce: mezclada con jugo de limón, devuelve el brillo natural de los metales.