

A lo largo de la historia, muchos descubrimientos científicos pasan desapercibidos o son ignorados, solo para ser redescubiertos y apreciados años -o siglos- después. ¡Este es el caso del Niño de Engis!
Este neandertal fue descubierto en la década de 1820, pero, sorprendentemente, pasó desapercibido para la ciencia durante más de un siglo.
En 2023, este singular hallazgo arqueológico ha recuperado su importancia y ha revelado nuevos detalles sobre el Niño de Engis.
El Niño de Engis, el primer neandertal que fue reconocido 100 años después de su descubrimiento
En 1829, Philippe-Charles Schmerling, un médico y naturalista belga, hizo un descubrimiento asombroso. Entre las cuevas de Engis, en Bélgica, encontró un cráneo y otros huesos que claramente no pertenecían a la anatomía humana moderna.

En esa época, los fósiles humanos eran un misterio y las especies que precedieron al Homo sapiens eran aún desconocidas. La búsqueda de respuestas en ese campo estaba plagada de dificultades y desacuerdos.
Georges Cuvier, un paleontólogo influyente de la época, argumentó que no existían datos concluyentes que respaldaran la existencia de fósiles humanos y muchos de los descubrimientos eran, de hecho, falsas representaciones de restos humanos petrificados.
¿Cuándo se descubrió el primer neandertal?
La ciencia, como en muchos otros campos, evolucionó a lo largo de un proceso de ensayo y error. Recién en 1936, 107 años después del descubrimiento del Niño de Engis, se tuvo otra visión, que permitió redescubrir este hallazgo.

El paleontólogo Charles Fraipont volvió a analizar el fósil. Con métodos de datación más avanzados, Fraipont confirmó que se trataba de un neandertal y no cualquiera: es el primero que es identificado por investigadores.
En 1957, el antropólogo checo Jan Jelinek ratificó las conclusiones de Fraipont, lo que reafirmó que el Niño de Engis tenía una antigüedad de unos 35.000 años, y había fallecido entre los 3 y los 5 años.
La historia del Niño de Engis, el primer neandertal ignorado y finalmente reconocido, resalta la evolución del conocimiento científico a lo largo de los siglos.













