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Las altas temperaturas que azotan a todas las provincias argentinas, con marcas que en algunos casos llegan a los 40°C, obligan a dejar el ventilador de lado y recurrir al aire acondicionado como principal fuente de alivio.
Sin embargo, con el uso constante y el paso del tiempo, este electrodoméstico puede perder eficiencia y dejar de enfriar como antes. Por eso, realizar una limpieza periódica es clave para mantener su rendimiento, pero hay una parte que muchos ignoran y que resulta fundamental para que el equipo funcione como nuevo.
El truco casero para que el aire acondicionado enfríe como nuevo
La suciedad acumulada en los filtros y rejillas es la principal pérdida de potencia en los equipos. Para solucionarlo, se deben seguir estos pasos:
- Apagar y desenchufar el aire acondicionado.
- Retirar los filtros: abrir la tapa del split, extraer el portafiltros y eliminar el polvo con una aspiradora. Si están muy sucios, sumergirlos en agua fría y frotarlos con jabón neutro o antibacteriano. Luego, enjuagar con abundante agua y deja secar.
- Limpiar las rejillas internas: usar un paño suave con agua y jabón neutro para quitar la suciedad acumulada en la zona por donde circula el aire.
- Revisar la unidad exterior: comprobar que las entradas de aire y el tubo de desagüe no estén obstruidos. Si se tiene acceso seguro, limpiar la batería de intercambio con un cepillo o aire a presión.
Una vez completada la limpieza, encender el equipo y verificar que funcione correctamente. Si se notan ruidos extraños o que el flujo de aire sigue siendo débil, puede ser necesario llamar a un técnico para una revisión más profunda.
Ni 22°C ni 24°C: la temperatura ideal para ahorrar energía
Además del mantenimiento, la regulación correcta de la temperatura es clave para evitar consumos excesivos. Aunque tradicionalmente se recomienda 24°C, los expertos aseguran que lo ideal es programar el aire entre 25°C y 26°C.
Esto se debe a que cada grado que se sube reduce el esfuerzo del compresor y puede significar un ahorro de entre 7% y 10% en la factura eléctrica. Además:
- Evita cambios bruscos de temperatura que desgastan el equipo.
- Mantiene un confort térmico adecuado sin “congelar” el ambiente.
- Reduce el riesgo de fallas y prolonga la vida útil del aire acondicionado.
Un error común es bajar la temperatura a 18°C o 20°C pensando que enfriará más rápido. Esto hace que el equipo enfríe a la misma velocidad, pero el motor trabaje sin descanso, generando un gasto innecesario y desgaste prematuro.