

Cuando en un auto el indicador de combustible se acerca a la letra “E” o aparece la luz de advertencia por la reserva de combustible en el tablero, suele surgir la duda sobre cuántos kilómetros se podrán recorrer antes de que el vehículo se detenga por completo al quedarse sin nafta.
La mayoría de los autos mantiene una reserva que equivale a entre el 10% y el 15% de la capacidad total del tanque. Esa cantidad mínima está pensada para evitar que el motor se quede sin alimentación de forma repentina, aunque se recomienda cargar antes de que se termine.
Por este motivo, es importante conocer algunos parámetros del consumo de nafta que pueden influir en cómo desciende el nivel de gasolina de un vehículo.
Cuántos kilómetros se pueden recorrer con la reserva de nafta
El marcador de combustible cumple la función de orientar al conductor sobre la cantidad que hay en el tanque y a medida que un auto circula, se va consumiendo.

Cuando el indicador está cerca del final y se acerca a la letra “E”, en el tablero electrónico se enciende la luz de la reserva, que manifiesta que está por acabarse el combustible.
Esto significa que cuando la luz se enciende, dentro del tanque de nafta queda entre un 10% y 15% de combustible, que le permitirá a un conductor recorrer aproximadamente 16 kilómetros a baja velocidad y en una superficie llana.
Sin embargo, esto puede variar según los modelos y siempre se debe evitar llegar a este punto para no dañar el motor ni hacer que tenga una exigencia mayor.
Por qué puede variar el consumo de nafta de un auto
El consumo de nafta puede variar por múltiples factores que van desde el tipo de conducción que se tiene, ya sea en carretera o en ciudad, como así también la superficie por la que transita un vehículo y si lleva carga o no.

Cuando el auto circula con la presión de las llantas por debajo de lo recomendado, el motor necesita realizar un mayor esfuerzo para mover el vehículo. Esa resistencia adicional incrementa el gasto de combustible.
Lo mismo ocurre cuando se transporta demasiado peso, ya que el motor debe compensar la carga extra y el consumo se vuelve más elevado.
Además, viajar por caminos irregulares, con pendientes o con tráfico intenso también afecta la eficiencia. En estas situaciones, el vehículo suele frenar y acelerar con mayor frecuencia, lo que acelera el uso del combustible restante.













