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En medio de la investigación por elcrimen de Mariano Barbieri, el ingeniero asesinado en Palermo, dieron a conocer los videos de las cámaras de seguridad que reconstruyen los movimientos del sospechoso, minutos antes y después del homicidio.
Este martes, el jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, confirmó la detención de Isaías José Suárez (29), quien fue señalado como el principal sospechoso de haber apuñalado al hombre en el pecho durante un intento de robo.
En las últimas horas, revelaron las imágenes de las cámaras de seguridad, públicas y privadas, que muestran cuál fue el recorrido del detenido aquel 30 de agosto.
Crimen en Palermo: el recorrido del detenido antes y después del asesinato
Según las imágenes que difundió la Policía porteña, Suárez aparece en escena con un buzo de color rojo, negro y blanco, una gorra, una bufanda y una mochila a las 22.23, minutos previos al crimen.
Ya 22.30, fue filmado por otra cámara de seguridad mientras revisaba contenedores de basura. Luego, continuó su camino.
Los siguientes registros son posteriores al asesinato. A las 22.56, se ve al sospechoso caminar por una calle de Palermo, pocos minutos después de atacar a Barbieri en la esquina de Berro y Casares.
Suárez se mostraba tranquilo mientras caminaba. Ya a las 23:13, se encontraba sobre la calle Jerónimo Salguero en dirección a la avenida Illia.
Cinco minutos después, caminaba al costado de las vías muy cerca de la estación Saldías. Según lograron reconstruir, se dirigía al Barrio 31, en la zona de Retiro.
La macabra confesión del sospechoso del crimen en Palermo
El acusado fue detenido tras presentar una "fisonomía similar" a la del presunto asesino y poseer una gorra "casi idéntica" a la que se ve en los videos de las cámaras de seguridad, detallaron fuentes al medio Infobae.
Además, vecinos del Barrio 31 sostuvieron que el sospechoso habría confesado el hecho: "Me mandé una macana, uno se me trabó y lucho".
Por otra parte, los peritos forenses le encontraron lesiones de data reciente en el cuello que parecen "cuatro dedos, como un rasguño". Esto coincide con el relato del testigo, sobre cómo la víctima y el delincuente se trenzaron en una pelea.