A solo dos días de la esperada final de la Copa Libertadores que enfrentará a Boca Juniors y Fluminense en el estadio Maracaná, la playa de Copacabana fue escenario de un nuevo episodio de violencia protagonizado por seguidores de ambos equipos.

En un ataque que tomó por sorpresa a los hinchas de Boca Juniors, simpatizantes de Fluminense emboscaron a los argentinos en la icónica playa carioca. La situación escaló rápidamente, llevando a la intervención de la policía de Río de Janeiro, quienes recurrieron al uso de gases lacrimógenos para restablecer el orden.

"Estábamos tranquilos después de hacer un banderazo y llegaron muchos hinchas de Fluminense corriendo hacia la playa", relató Felipe Rodrigues, un brasileño que se unió a la celebración de los argentinos. El clima de camaradería se tornó tenso en cuestión de minutos, dejando un saldo de violencia.

Según la versión oficial de la policía de Río, un hincha argentino fue detenido tras propinarle una patada a un ciudadano brasileño que se encontraba en la playa, además de arrojar una botella en dirección a las fuerzas policiales. Las acusaciones de insultos racistas se sumaron a las circunstancias del altercado.

La situación llegó a un punto crítico pasadas las 17 horas, cuando la tropa de choque de la policía se vio obligada a intervenir para despejar a los hinchas en el lugar. Este incidente no es un hecho aislado, ya que se registra como el segundo episodio de violencia en menos de tres días entre los seguidores de ambos equipos en Río de Janeiro.

El martes, un hombre y una mujer hinchas de Boca Juniors fueron víctimas de un ataque perpetrado por miembros de una facción de la hinchada de Fluminense, lo que resultó en la detención de tres ciudadanos brasileños involucrados en el incidente.

Estos disturbios tuvieron lugar en las proximidades de la Fan Zone que la Conmebol instaló en Copacabana como parte de las actividades previas a la gran final de la Copa Libertadores. A medida que se acerca el día del partido, se espera que las autoridades refuercen las medidas de seguridad para evitar nuevos enfrentamientos entre los hinchas de ambos equipos.