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Las almohadas son esenciales para un buen descanso, pero también son uno de los objetos que más suciedad acumulan en el hogar.

El contacto diario con la piel, el sudor y los productos capilares provoca manchas amarillas y olores desagradables, sobre todo en verano. Por eso, mantenerlas limpias no solo mejora su aspecto, sino que también reduce bacterias y ácaros.

¿Por qué usar vinagre blanco?

El vinagre blanco es un limpiador natural con alta acidez que elimina manchas orgánicas como sudor y aceites.

Además, tiene propiedades antibacterianas y desinfectantes, lo que lo convierte en una alternativa segura frente a productos químicos agresivos. Su uso regular ayuda a mantener las almohadas frescas y libres de malos olores.

Paso a paso para lavar almohadas con vinagre

  1. Revisa la etiqueta: asegúrate de que las almohadas se puedan lavar en máquina. Las de espuma viscoelástica no son aptas.
  2. Carga la lavadora: coloca dos almohadas para equilibrar el peso.
  3. Añade vinagre blanco: vierte 250 ml en el compartimento del suavizante.
  4. Agrega detergente: usa uno líquido sin perfumes ni colorantes.
  5. Elegí la temperatura: seleccioná la más alta permitida por la etiqueta.
  6. Ciclo de centrifugado: al terminar, activa el centrifugado para quitar humedad.

Si quedan manchas difíciles, repite el proceso.

¿Cómo secarlas sin dañarlas?

Secar bien las almohadas es clave para evitar deformaciones y humedad. Puedes usar la secadora a baja temperatura con bolas de lana para esponjar el relleno. Otra opción es secarlas al aire libre bajo el sol, que actúa como blanqueador natural y desinfecta la tela.

Consejos extra para prolongar la vida útil

  • Lava las almohadas cada tres meses.
  • Usa fundas protectoras para reducir la acumulación de sudor.
  • Evita productos químicos fuertes que dañen el relleno.