Las almohadas son esenciales para un buen descanso, pero también son uno de los objetos que más suciedad acumulan en el hogar.
El contacto diario con la piel, el sudor y los productos capilares provoca manchas amarillas y olores desagradables, sobre todo en verano. Por eso, mantenerlas limpias no solo mejora su aspecto, sino que también reduce bacterias y ácaros.
¿Por qué usar vinagre blanco?
El vinagre blanco es un limpiador natural con alta acidez que elimina manchas orgánicas como sudor y aceites.
Además, tiene propiedades antibacterianas y desinfectantes, lo que lo convierte en una alternativa segura frente a productos químicos agresivos. Su uso regular ayuda a mantener las almohadas frescas y libres de malos olores.
Paso a paso para lavar almohadas con vinagre
- Revisa la etiqueta: asegúrate de que las almohadas se puedan lavar en máquina. Las de espuma viscoelástica no son aptas.
- Carga la lavadora: coloca dos almohadas para equilibrar el peso.
- Añade vinagre blanco: vierte 250 ml en el compartimento del suavizante.
- Agrega detergente: usa uno líquido sin perfumes ni colorantes.
- Elegí la temperatura: seleccioná la más alta permitida por la etiqueta.
- Ciclo de centrifugado: al terminar, activa el centrifugado para quitar humedad.
Si quedan manchas difíciles, repite el proceso.
¿Cómo secarlas sin dañarlas?
Secar bien las almohadas es clave para evitar deformaciones y humedad. Puedes usar la secadora a baja temperatura con bolas de lana para esponjar el relleno. Otra opción es secarlas al aire libre bajo el sol, que actúa como blanqueador natural y desinfecta la tela.
Consejos extra para prolongar la vida útil
- Lava las almohadas cada tres meses.
- Usa fundas protectoras para reducir la acumulación de sudor.
- Evita productos químicos fuertes que dañen el relleno.