

El aire acondicionado es un aliado fundamental durante el verano, pero, sin un mantenimiento adecuado, este electrodoméstico puede acumular polvo, suciedad y bacterias que afecten la calidad del aire.
Si comienzas a realizar una limpieza regular del mismo estarías no solo mejorando su eficiencia, sino también cuidando tu bienestar. Conoce cómo debes hacer esta práctica para que no haya errores y con qué frecuencia es recomendable.
¿Cada cuánto se recomienda limpiar el aire acondicionado?
La frecuencia de limpieza del aire acondicionado depende del uso que se le dé y del entorno en el que está. A pesar de esto, hay recomendaciones generales para su mantenimiento:
Limpieza básica (filtros): se aconseja limpiar los filtros cada 2 o 4 semanas si usas el equipo con regularidad, especialmente en épocas de mucho calor o en lugares con polvo.
Mantenimiento profundo: realiza una limpieza más completa, incluyendo bobinas y desagüe, al menos cada 6 meses. Si vives en una zona muy húmeda o con alta contaminación, considera hacerlo cada 3 o 4 meses.
Revisión profesional: una vez al año, es buena idea que un técnico especializado inspeccione el equipo para detectar problemas internos o recargar el gas refrigerante si es necesario.
Mantener una rutina de limpieza no solo asegura un aire limpio y seguro, sino que también evita que se averíe.

¿Cómo limpiar el aire acondicionado?
Así debes limpiar tu aire acondicionado de manera sencilla y segura:
- Apaga y desenchufa el equipo: antes de cualquier tarea, desconecta el aire acondicionado de la corriente eléctrica para evitar accidentes.
- Retira y lava los filtros: extrae los filtros de aire (ubicados normalmente en la parte frontal o superior) y lávalos con agua tibia y jabón neutro. Asegúrate de enjuagarlos bien y dejarlos secar al aire antes de reinstalarlos.
- Limpia las bobinas y el ventilador: con un paño húmedo o un cepillo suave, elimina el polvo de las bobinas y el ventilador interno. Para suciedad más incrustada, puedes usar un limpiador específico para aires acondicionados, pero evita mojar componentes eléctricos.
- Revisa el desagüe: asegúrate de que la bandeja de drenaje y el tubo de desagüe estén despejados. Si están obstruidos, usa un alambre delgado o agua a presión suave para limpiarlos.
- Vuelve a armar y prueba: una vez seco todo, coloca los filtros en su lugar, enchufa el equipo y enciéndelo para verificar que funciona correctamente.

Dedica un poco de tiempo a tu aire acondicionado y disfruta del aire fresco.

















