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En materia de limpieza del hogar y, particularmente, baños y cocinas, las soluciones domésticas tradicionales ganan cada vez más espacio. Es que las recetas populares proponen el uso conjunto de sal y bicarbonato de sodio para higienizar el inodoro, desinfectar superficies y combatir olores.

Esta práctica, compartida en comunidades y respaldada por referencias científicas, se basa en combinar ingredientes comunes y accesibles con propiedades avaladas por especialistas.

La técnica de tirar sal y bicarbonato al inodoro: cuál es el efecto

El bicarbonato de sodio, también conocido como NaHCO3, es un compuesto estudiado por su capacidad para limpiar y neutralizar olores.

De acuerdo con la Asociación Química Estadounidense (ACS Publications), tiene eficacia demostrada para eliminar residuos, descomponer compuestos orgánicos y reducir la cantidad de bacterias presentes en superficies del hogar. En tanto, para completar la fórmula, la sal refuerza el arrastre mecánico de depósitos sólidos y potencia el efecto físico de la mezcla.

Estudios científicos subrayan que estas sustancias, combinadas adecuadamente, generan un ambiente alcalino capaz de atacar suciedad incrustada y contribuir a la higiene del sanitario. Organizaciones dedicadas a la divulgación química destacaron estas aplicaciones en artículos y guías específicas para el cuidado doméstico.

La mezcla de salybicarbonato de sodio actúa como agente limpiador y desodorizante sobre los residuos del inodoro.

Cómo reaccionan las dos sustancias

El bicarbonato, con un pH alcalino que favorece la descomposición de materia orgánica, junto con la sal, ayuda a desprender películas adheridas a la cerámica.

Combinados, estos ingredientes contribuyen a eliminar malos olores, reducir la acumulación de bacterias y facilitar la limpieza sin la necesidad de productos industriales.

Para elaborar la preparación, se recomienda emplear:

  • 250 gramos de sal
  • 250 gramos de bicarbonato de sodio
  • 25 cucharadas de aceite neutro.

Según los especialistas, el procedimiento consiste en esparcir la sal y el bicarbonato de manera homogénea en el interior del inodoro y luego verter el aceite para favorecer la dispersión del producto y cubrir las paredes.

Esta combinación debe actuar durante varias horas para que la reacción química entre la sal y el bicarbonato pueda desprender residuos y descomponer las impurezas.

Por eso, dejar reposar la mezcla durante toda la noche incrementa el potencial de limpieza