Bañarse con agua fría puede ser más que un simple acto refrescante. Esta práctica puede aportar una serie de beneficios para la salud. Sin embargo, existen algunas contraindicaciones, sobre todo si lo hacés después de tu rutina de entrenamiento.
A continuación, conocé el mundo del baño con agua fría, sus beneficios para la salud y las posibles contraindicaciones, según los expertos de Glamour.
Beneficios de bañarse con agua fría después de hacer ejercicio
El baño con agua fría proporciona muchas veces un alivio físico, y también tiene efectos positivos en nuestra mente y bienestar general. Una de sus ventajas más destacadas es su capacidad para inducir la relajación mental.
Al igual que el estiramiento, esta práctica nos ayuda a construir resistencia y a tolerar la incomodidad, lo que a su vez nos permite enfrentar mejor el estrés diario y mantener un estado de calma consciente.
Si realizás ejercicio por la noche y después te das una ducha fría antes de ir a dormir, es probable que experimentes un sueño más profundo y reparador. Al reducir la temperatura corporal después del ejercicio, facilitás que tu cuerpo entre en un estado de relajación adecuado para conciliar el sueño más fácilmente.
Por último, el baño con agua fría también puede ser beneficioso para tu piel. Al cerrar los poros que se abrieron durante el ejercicio, ayudamos a prevenir la acumulación de toxinas en la piel, lo que puede reducir la incidencia de imperfecciones y promover una apariencia más saludable en general.
¿Cuáles son las contraindicaciones de bañarse con agua fría después de hacer ejercicio?
Algunos creen erróneamente que el agua fría puede reducir la inflamación corporal después del ejercicio intenso. Sin embargo, este supuesto no tiene una base sólida. A pesar de que el agua fría puede provocar vasoconstricción, su efecto repentino puede tensar los músculos en lugar de relajarlos.
Un choque de temperatura intenso puede realmente inhibir la síntesis de proteínas musculares necesarias para reparar los tejidos dañados durante el entrenamiento. Para aquellos que buscan aumentar su masa muscular, se aconseja esperar al menos cuatro horas después del ejercicio antes de someterse a una ducha fría.
Para aprovechar los beneficios y evitar los perjuicios de esta práctica, los expertos ofrecen dos consejos clave:
- Esperar después del ejercicio: se recomienda esperar de 10 a 20 minutos después de hacer ejercicio antes de tomar una ducha fría.
- Gradualidad en la temperatura: comenzá la ducha con agua tibia y, a medida que te vayas adaptando, andá bajando gradualmente la temperatura hasta llegar al final de tu rutina de higiene.