

El zafarrancho institucional al que se somete a la sociedad argentina tanto por parte del oficialismo como de ciertos sectores de la oposición conservadora intenta ocultar lo que verdaderamente está en debate. El problema es cómo financiar el verdadero agujero que presenta el presupuesto 2010. En efecto, ya sea por mayores gastos no contemplados en el mismo como por recursos que se comportan distinto a lo previsto, la propia información oficial estima en alrededor de 90.000 millones de pesos esa brecha de financiamiento. Evidentemente, en este marco, el actual presupuesto se ha transformado en un dibujo.
Frente a esto resulta lamentable que las provocaciones institucionales obturen el debate de lo que realmente debiera discutirse si lo que se quiere es garantizar las condiciones de vida de nuestra sociedad.
En este sentido la posición que estamos promoviendo a nivel parlamentario es clara: rechazar ambos decretos, pero sin dejar de lado la discusión de cómo financiar la brecha que presenta el presupuesto. Este es el único modo de estar en capacidad de atender las necesidades que la sociedad argentina presenta.
Desde esta perspectiva proponemos:
1º Que el Congreso solicite el Poder Ejecutivo el urgente envío de una Ley Complementaria y correctiva del Presupuesto 2010. Esto permitiría discutir seriamente como cubrir el faltante de 90.000 millones de pesos que este presenta. A este respecto sostenemos que frente a esta brecha es necesario plantear políticas agresivas de obtención de nuevos ingresos públicos por vía de:
a) Restitución de las contribuciones patronales a los niveles que éstas tenían en 1993, fijando un tratamiento especial para las pymes. De esta forma se recuperarían unos 15.000 millones de pesos de financiamiento para el Sistema Público Previsional liberando recursos tributarios para otros destinos.
b) Eliminar exenciones impositivas que premian a sectores concentrados de la economía y a la renta financiera. Corresponde considerar que el total de recaudación que se pierde por estos conceptos asciende a no menos de 15.000 millones de pesos. Parte de estos podrían recuperarse rápidamente con un replanteo del impuesto a las ganancias que eliminara alguna de las exenciones que hoy debilitan a este tributo y elevando la alícuota correspondiente a los sectores de mayores ingresos
c) Revisión integral de la política de subsidios. El actual presupuesto contempla casi 40.000 millones de pesos en subsidios destinados mayormente a garantizar ganancias extraordinarias a los sectores dominantes de nuestra economía. La sola revisión de los regímenes que promocionan a petroleras, mineras y exportadores también permitiría una importante recuperación de recursos públicos
d) Considerar como parte de las alternativas de financiamiento la situación que plantea la existencia de un sistema financiero caracterizado por obtener elevadas ganancias en la intermediación, estar sentado sobre una montaña de recursos y no posibilitar el desarrollo del crédito. Tal situación, sumado al hecho de que son los beneficiarios principales del endeudamiento que tiene hoy el Banco Central en letras (Lebac y Nobac), podría estudiarse la decisión de inducir la aceptación de un bono de largo plazo que permita superar parte de las necesidades de financiamiento hoy existentes.
Este camino permitiría limitar al máximo el uso de reservas para el financiamiento que hoy se requiere.
2º Exigimos la urgente conformación de una comisión bicameral que revise la totalidad de la Deuda Pública argentina. Tomando en cuenta que a pesar del autodenominado proceso de desendeudamiento llevado adelante desde el 2003 a la fecha, y que supuso pagar 40.000 millones de dólares, aún hoy Argentina debe más de 162.000 millones de la misma moneda y registra vencimientos para el corriente año por 85.000 millones de pesos en concepto de amortizaciones e intereses, es claro que se debe revisar la legitimidad y la legalidad del endeudamiento y discutir una estrategia frente al mismo que permita compatibilizar la carga de la deuda con una estrategia de desarrollo.
3º Limitando al extremo el uso de reservas para cancelar deuda por vía de los planteos precedentes, proponemos destinarlas a sustentar una política de inversiones capaz de afirmar una estrategia de crecimiento con transformación del perfil productivo de nuestro país. En este sentido promovemos con el objeto de dinamizar la reconstrucción del ferrocarril, de la industria naval, de la creación de una petrolera estatal y de modernizar nuestro aparato productivo, la puesta en marcha de un Fondo Nacional para el Desarrollo.









