

Toda realidad ignorada, a la larga prepara su venganza ,escribió Ortega y Gasset. La Argentina de los últimos días homenajeó sin saberlo al gran pensador español.
La metáfora de las “manos atadas que utilizó Daniel Scioli para explicar sus problemas para enfrentar al delito provocaron la tormenta perfecta. Ya nada será lo mismo hacia dentro del peronismo.
Mientras el ministro Julio Alak aplicaba la ‘metodología Indec‘ a la inseguridad -dijo que bajó un 40% desde el año 2003- Raúl Casal admitía que se roba el 10% de los autos fabricados en el país y que había aumentado dramáticamente la violencia.
Como si fuera una serie de Agata Christie, el jefe de Gabinete le preguntó al gobernador sobre el caso de las “manas atadas . Scioli habría respondido: “Son los jueces . Todos quedaron más aliviados. Excepto los ciudadanos.
Como si viviéramos en el “pais jardín de infantes de María Elena Walsh, los periodistas celebramos que diputados oficialistas y opositores acordaran
algo así como una ley para combatir “salideras . La Argentina tiene una extraña fe en las palabras y en sacar nuevas leyes para solucionar conflictos. Pero la ilusión duró poco.
Aníbal Fernández la definió como “horrible y Florencio Randazzo la consideró “un pasito adelante . Así se construyen políticas de Estado.
Un destacado empresario me comentó una charla que mantuvo con el brasileño Mangabeira Unger, ustedes -le dijo-más que hablar de consensos van a tener que aprender a articular disensos .
Por suerte, ya no son las corporaciones mediáticas las responsables de que el 82% de los bonaerenses y el 65% de los porteños considere que la inseguridad es su principal problema . Ahora, la culpa es de la “justicia falsamente garantista .
En “El nuevo Príncipe , Dick Morris señala que ganan elecciones aquellos candidatos que logran interpretar y liderar las demandas de la sociedad de su tiempo.
Explica que Bill Clinton triunfó en 1992 porque se corrió a la derecha del Partido Demócrata en asuntos de inseguridad y advirtió el descontento sobre el funcionamiento de la economía.
¿Qué temas dominarán el escenario electoral del 2011? La inseguridad será uno de ellos . No sólo porque aflige a la sociedad sino porque se ha transformado en un revulsivo político. El tema implica discutir presupuesto, quebrar complicidades delictivas y reformar instituciones.
¿Qué percepción prevalecerá en economía? La del crecimiento + consumo o el látigo de una inflación del 25%?
Agregaría un tercer elemento. El candidato que logre instalar una idea de futuro conquistará a buena parte de la ciudadanía independiente.
Saturado de un pasado -donde hoy algunos de sus protagonistas se dedican a pasarse viejas facturas-, hay un electorado más interesado por lo que vendrá que por lo que fue.
La primera campaña del socialismo español no eligió un slogan antifranquista. Cuando le preguntaban a Felipe González qué es el cambio, respondía: “El cambio es que España funcione .
Una sociedad madura aspira a construir sobre lo bueno que se ha hecho y a renovar la agenda de sus desafíos. La ha definido con certeza Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte Suprema de Justicia: inseguridad, empleo, educación y jubilaciones.
La metáfora de las “manos atadas es mucho más que una frase perdida.










