Theodoros Pelagides, profesor de Economía de la Universidad del Pireo, ve en sus estudiantes la frustración por la falta de oportunidades y considera que, en parte, esto está detrás de los tumultos de esta semana. “Todo en Grecia opera como una tienda cerrada. No hay autopista que conecte la universidad con el mercado laboral , explicó este académico que estudió en Harvard.

Los seis días de agitación juvenil en Atenas y otras ciudades, tras la muerte de un chico de 15 años a manos de un policía, desnudan fallas en la trama política y social de Grecia. Sucesivos gobiernos evitaron reformas en áreas como educación, salud y jubilaciones. En general, se dio prioridad a infraestructura y otros proyectos financiados por la Unión Europea.

Además, en la última década, Grecia se concentró en las reformas necesarias para ser aceptada como miembro de la eurozona. “Tras la adhesión a la unión monetaria, el gobierno tenía intenciones de modernizar la administración civil y reasignar fondos a sectores como educación y salud. Pero eso no ocurrió. En cambio, creció el empleo público y la situación fiscal se volvió extremadamente difícil , dijo Vassilis Rapanos, profesor de la Universidad de Atenas.

Hasta hace poco, el clima económico favorable permitió que el primer ministro Costas Karamanlis y su gobierno conservador dejara la impresión de que las modestas reformas realizadas en los últimos dos años eran suficientes. Además, por las cifras récord de turistas, el aumento en los precios inmobiliarios en las islas del Egeo y el auge sin precedentes de la industria naviera griega, el gobierno no estaba demasiado presionado.

La primera respuesta de Karamanlis fue ofrecer dinero a los más de 500 propietarios de los comercios que resultaron dañados en los disturbios, pero, a menos que haga algo por los estudiantes, es probable que las protestas continúen.