El mercado cambiario es uno de los pocos que puede decirse que tuvieron una buena crisis.

Cuando se congeló el crédito –y muchos rincones de ese mundo recién ahora están comenzando a derretirse– las operaciones cambiarias siguieron a ritmo acelerado. Los spreads se ampliaron y la volatilidad aumentó, pero eso simplemente elevó la capacidad de los bancos –los principales centros de liquidez– de amasar fortunas.

“En 2008 y 2009, había que ser un idiota para no hacer dinero , admitió un operador de divisas.

Pero eso no significa que el futuro vaya a ser igualmente prometedor. Los políticos y reguladores están amenazando con imponer restricciones para el clearing, algo que en los bancos temen que influya en los volúmenes de negociaciones. Y los spreads entre precio comprador y precio vendedor volvieron a sus niveles anteriores a la crisis, lo que redujo los márgenes de ganancia, que durante un tiempo fueron jugosos.

La mayoría de los entendidos admite que en 2010 será más complicado hacer dinero, pero eso mermó poco el optimismo general sobre el panorama del mercado. El mercado cambiario, aseguran, no sólo es esencial para el funcionamiento del sistema financiero mundial, sino que también es el más líquido. Este es otro atractivo en una era pos-crisis en la que los inversores están estudiando exactamente qué valor le dan a la liquidez. “Más y más gente está interesada en comprar y vender divisas porque la analizan desde el punto de vista de la liquidez , señaló Frederic Boillereau, responsable global de Divisas en HSBC. “Si quieren salir, saben que pueden y siempre habrá un precio de compra y otro de venta.

Y el mayor interés de los inversores abrió el apetito de algunos bancos por este negocio. “Es el mercado extrabursátil más grande del mundo. Es un verdadero negocio mundial que trasciende a muchas bases de clientes, desde la riqueza soberana y los hedge funds hasta el verdadero dinero, las empresas y los fondos de pensión , afirmó Zar Amrolia, responsable global de Divisas en Deutsche Bank.

“Todos deben usar divisas para manejar sus carteras. Puede ser una decisión de inversión pero la mayor parte está fundamentalmente vinculada al comercio y a los flujos de capital .

Algunos bancos ahora están intensificando agresivamente sus esfuerzos para crear una fuerte presencia en lo que ellos consideran una posible mina de oro. Pero aquellos que ya dominan el mercado no se muestran muy preocupados ante la amenaza.

“La gente se olvida que antes de encontrar oro hay que pasar varios años trabajando mucho en un hueco oscuro y sucio , señaló Troy Rohrbaugh, responsable de Divisas en JP Morgan. “Los bancos que más ingresos obtuvieron durante la crisis fueron principalmente los que invirtieron todo el tiempo en divisas . Y agregó: “Entrar ahora es como llegar a una fiesta de Año Nuevo a la una de la mañana y que todo el champagne se haya acabado .

Otros bancos fuertes en operaciones con divisas coincidieron, y mencionaron la necesidad de invertir en forma continua en áreas poco atractivas como las “cañerías del sistema de trading que dificultan el negocio.

“La compraventa de divisas implica hacer miles de pequeñas operaciones correctas todos los días durante largos períodos de tiempo, y la mayoría de las instituciones no tienen resistencia para hacerlo, explicó Rohrbaugh. “Se va a volver a lo básico, como infraestructura y la inversión de no millones de dólares, sino decenas de millones de dólares, en tecnología durante muchos años .

Si suena a desafío, lo es.

“Los que llegaron tarde quizás encuentren que esas inversiones no necesariamente generen los rendimientos que ellos esperaban. Es difícil mirar nuestros números y pensar que ellos podrán replicarlos, comentó Anil Prasad, responsable mundial de divisas en Citigroup.

Las modas de los negocios bancarios son notoriamente pasajeras, pero Prasad no considera que el interés en las divisas vaya a desaparecer en el corto plazo, dado el actual proceso de globalización del sistema financiero y los resultantes flujos de capitales que cruzan fronteras.

Los volúmenes operados cayeron bruscamente el año pasado después de la crisis financiera, pero parecen estar repuntando con fuerza una vez más. En octubre de 2008, la actividad marcó un pico a raíz de las frenéticas compraventas que se realizaron tras la quiebra de Lehman Brothers, pero luego disminuyó 20% en abril de 2009, según datos provenientes del Banco de Inglaterra, entidad que supervisa el mercado de Londres, el mayor centro de operaciones cambiarias. Sin embargo, para octubre del año pasado los volúmenes diarios promedio habían subido de sus pisos en un generoso 13%.

Respaldan esta creciente actividad los informes que mencionan el mayor interés proveniente de los hedge funds. Además, los banqueros aseguran que están ingresando inversores que antes se concentraban en las acciones.

Tal como a los hedge funds, a ellos les gusta la liquidez y aprecian, también, que los movimientos de las divisas no están tan correlacionadas con sus inversiones principales aún en términos generales con frecuencia ambas se mueven en direcciones opuestas, lo que les brinda algo similar a una cobertura. Cuando sube la volatilidad de las divisas, surgen más oportunidades para hacer dinero y normalmente, en ese mismo momento los mercados de valores están cayendo. En los buenos momentos –cuando los inversores aprovechan el alza de las acciones– la volatilidad de las monedas disminuye y las ganancias ceden.

Muchos de los nuevos participantes son operadores “algorítmicos , que usan modelos informáticos para comprar y vender en millonésima de segundos. Muchos de ellos tienen antecedentes en acciones, donde los operadores algorítmicos tienen gran presencia, y ahora están acercando ese pensamiento al mundo de las monedas.

No a todos les gusta eso. Al principio, los operadores algorítmicos a veces eran alejados de las plataformas bancarias de trading porque tenían la costumbre de usar su velocidad para aprovechar anomalías en el mercado y arbitrar precios entre las plataformas operativas más lentas. Ahora, la línea oficial de los bancos grandes es más positiva.

“Existe esa sensación de que algunos operadores algorítmicos aprovechan el mercado, pero los bancos saben identificar a qué operadores pueden brindar liquidez en los términos que sean financieramente adecuados para ellos y con cuáles no pueden trabajar , contó Prasad.

La mayoría de los operadores son bienvenidos, pero a algunos todavía se los incentiva para que vayan a otros lugares.

“Nosotros manejamos un negocio que se extiende desde los turistas que sacan dinero de un cajero automático hasta, en el otro extremo, las operaciones algorítmicas de alta frecuencia. Hay gente que sólo quiere operar con eficiencia y acceder a la liquidez cuando lo considere conveniente. Eso está bárbaro, pero están los que simplemente tratan de arbitrar el sistema, señaló Boillereau. “Yo no diría que ese arbitraje es necesariamente negativo para el mercado, pero nosotros preferimos que no se aprovechen .

Los bancos son el tradicional centro del mercado cambiario debido a su capacidad de manejar los riesgos asociados a ese mercado rápido y pesado. Las últimas cifras del Banco Internacional de Pagos indican que en 2007 las operaciones diarias mundiales rondaban los u$s 3,2 billones. En septiembre habrá datos más recientes.

Pero ese dominio está más amenazado que nunca. Durante la década pasada surgieron varias plataformas de trading basadas en Internet y ahora el volumen de operaciones manejado por traders algorítmicos agregó otro candidato a futuros centros de liquidez.

Sin embargo, otra vez los bancos confían en su modelo de negocio.

“Creo que el corazón del mercado seguirá siendo notablemente similar porque lo que la crisis recalcó fue el valor que tienen las relaciones , aseguró Amrolia, para luego agregar que durante los días más oscuros, los volúmenes de trading electrónico cayeron porque los clientes preferían hablar directamente con los operadores. “Es excelente conseguir un precio 0,1 mejor un día, pero cuando los mercados se vuelven locos, ¿estarán allí los operadores algorítmicos?. Los clientes ahora comprenden un poquito más y saben que una buena ejecución implica coherencia de servicio y, además, precio .