

Los gobiernos de todo el mundo redoblan esfuerzos por obtener lo que consideran una “parte justa del ingreso imponible de las multinacionales, según reveló un nuevo estudio.
En los últimos tres años casi dos tercios de las compañías encuestadas fueron objetadas por el régimen fiscal de sus transacciones internas, según una encuesta entre 476 compañías en 22 países, realizada por Ernst & Young, el grupo de servicios profesionales. Más de 40% de esas auditorías dieron como resultado ajustes por parte de las autoridades fiscales.
Estos resultados ponen de relieve la creciente tensión entre las autoridades y las multinacionales en lo que respecta al denominado “precio de transferencia –como se denomina al precio sobre las transacciones entre subsidiarias con sede en distintos países–, que representa más de la mitad del comercio mundial. Muchas autoridades fiscales creen que las empresas usan ese precio para evitar los impuestos, al trasladar ganancias a jurisdicciones donde la carga fiscal es menor.
Por otra parte, las autoridades fiscales compiten entre sí para maximizar la porción que les corresponde. Las empresas multinacionales quedan “atrapadas en el medio, mientras las autoridades discuten sobre en qué lugar deben aplicarse los impuestos sobre las ganancias de una firma , dice el informe.
El sector farmacéutico se mostró particularmente preocupado: cuatro de cada cinco compañías del área estima que sufrirán doble imposición. El sector fue testigo del mayor caso judicial por precio de transferencia en la historia de Estados Unidos, donde el Internal Revenue Service le demandó a GlaxoSmithKline el pago de 7.800 millones de dólares en concepto de impuestos asados.










