

A partir de los recientes triunfos de Piñera en Chile, Lobo en Honduras y Martinelli en Panamá, sumado al primer puesto que tiene Serra en las encuestas en Brasil, muchos se preguntan si América Latina está virando a la centro derecha. Muchas veces sostuvimos en esta columna que la tendencia en la región durante la década que concluye ya estaba definida a favor de los espacios progresistas o socialdemócratas, amén de los proyectos que se autodefinen de izquierda (Venezuela, Bolivia, etc.).
La respuesta no sencilla y cabe hacer varias observaciones:
1) Que gane un candidato identificado como de centro derecha o derecha lisa y llana, no significa que el electorado haya virado hacia ese espectro ideológico. Debe tenerse en cuenta que los votantes desde hace 20 años no se definen bajo los parámetros ideológicos clásicos, aunque siempre es necesaria una manera de encajar a los protagonistas. Las sociedades se inclinan más por estilos de liderazgo, necesidades de cambio, ejes transversales, valores sociales, etc.
2) Los grandes marcan las tendencias. Ni Honduras, ni Panamá tienen el peso para establecer orientaciones políticas en la región (y mucho menos Chile), si no jugadores como Brasil, Argentina o México. Aún el fuerte liderazgo de Uribe desde Colombia vivió una década en absoluto aislamiento ideológico dentro de la región.
3) Hay tendencias contradictorias. A pesar de los tres triunfos mencionados al principio, también se produjo la reelección de Evo Morales, y la llegada de Mujica en Uruguay y de Laura Chinchilla en Costa Rica. Ninguno de ellos se orienta a la derecha.
4) La indefinición en los grandes jugadores. En Brasil sigue primero Serra, pero es notable el avance de la heredera de Lula. En México el gobernante PAN va en caída de cara a la presidencial de 2012, con clara preeminencia del PRI. En Argentina se desconocen los candidatos a presidente para 2011, pero en todo caso la agenda social sigue mirando al Estado como un actor importante en la economía.
5) El caso chileno es atípico. a) Piñera es un ex demócrata cristiano, tendencia que forma parte de la Concertación gobernante; b) El triunfador se opuso a Pinochet, y representaba el ala centrista de la alianza de derecha; c) Chile posee una proporción del segmento psicográfico que se denomina “los exitosos (según la clasificación que realiza la multinacional del marketing y la publicidad Young & Rubicam) mucho mayor que el resto del continente. Casi un tercio de la población se ubica en este estrato, y ha sido el perfil que más ha crecido en los últimos años. Estos “exitosos se caracterizan por ser más disciplinados, trabajoadictos, pragmáticos y orientados a metas. Sabe que depende de su propio esfuerzo para progresar. Son amantes del éxito económico y de todo lo que les asegure una mejor situación de futuro. Es más competitivo que la media, busca tener el control sobre su porvenir personal y para ello está dispuesto a hacer grandes sacrificios. Y lo que es más importante, aunque se concentra en los segmentos medio altos, es un grupo transversal . Son hijos de la Concertación, y Piñera tuvo el mérito de captarlos.
Con estas observaciones no surge que haya un viraje regional claro, más allá de que el mismo sea más factible ahora, a partir de los naturales agotamientos, y de que las figuras de recambio no posean el mismo carisma que sus antecesores (Frei, Rousseff).
En todo caso, si el viraje se produce será sobre todo por dos razones: 1) cambios estructurales en la opinión pública (como se citó en el caso chileno, o 2) crisis económicas por deficiencia de los modelos predominantes.
La incipiente reactivación económica a nivel mundial seguiría dando aliento a los precios de exportación de los commodities, mientras que las secuelas de la crisis económica en EE.UU. lleva a pensar en la necesidad de mayores controles a la avidez de lucro. Y eso no parece darle más espacio a la derecha.










