

Jeffrey Sachs es asesor especial de Ban Kee Moon, secretario General de las Naciones Unidas, y uno de los economistas de mayor prestigio en los Estados Unidos. Es también Director del Earth Institute de la Universidad de Columbia y fue uno de los fundadores del proyecto sobre las Metas del Milenio, que los países deberán cumplir para erradicar la pobreza en 2015. En charla con El Cronista, Sachs alertó sobre los efectos de la corrupción sobre el desarrollo y comparó la crisis económica actual con la de Argentina en 2001.
–¿Cuáles cree que deben ser los cambios en los organismos multilaterales?
–Es necesario corregir los desequilibrios globales. Uno de los temas prioritarios es el calentamiento global. No tenemos una institución donde concentrar ese tema, como tampoco los problemas de infraestructura. Hay muchas reformas que debemos poner en marcha para mejorar la gobernabilidad y de este modo adaptar las instituciones al siglo XXI.
–El Gobierno argentino propone crea una nueva institución que se ocupe de la economía real, a diferencia del FMI que tiene las finanzas como prioridad. ¿Cuál es su opinión al respecto?
–Creo que no deberíamos ser tan tímidos en crear nuevas instituciones. Las que funcionan hoy se crearon en 1945. Aunque algunas pueden mezclarse con otras y fusionarse. Los desafíos que enfrentamos son enormes y hacen falta nuevas herramientas
–¿Ve similitudes entre la crisis actual y la de 2001?
–La crisis argentina fue más que nada una crisis de tipo de cambio. La crisis actual en Estados Unidos es básicamente una crisis financiera. Sin embargo, en ambos casos hubo un sistema bancario no regulado que se fue de control. Los reguladores deberían saber antes lo que sucedía, pero Wall Street tiene demasiado poder.
–¿Qué perspectivas tiene para la Argentina?
–No sigo en detalle la política económica local, así que preferiría no hacer comentarios. Pero tiene buenas perspectivas como toda la región si supera los desafíos que le son propios. Debe invertir más en educación, en ciencia y tecnología, diversificar la economía y sacar ventaja del crecimiento de Asia. Hay mucho potencial en América Latina. Antes los países crecían gracias al endeudamiento externo, ahora están exportando y su potencial se acrecienta. Algunos países, como Bolivia, tienen que resolver cuestiones políticas domésticas que actúan de freno.
–Obama dijo que la corrupción es una de los principales escollos para el crecimiento de las economías emergentes. ¿Coincide?
–Creo que la corrupción es una barrera grande para el desarrollo, pero también lo es para Estados Unidos. El colapso financiero que tuvimos fue consecuencia del poder que tiene Wall Street sobre Washington. Si el dinero controla a la política, y no a la inversa, estamos en serios problemas. La corrupción es un escollo en muchos lugares, pero también en Estados Unidos, pero no es sólo de esta administración, sino que es un problemas más antiguo y que ha deteriorado de a poco a nuestras instituciones. Yo creo que Obama es un líder visionario y decente. Pero el Congreso es influido por sectores ligados a las finanzas, al petróleo y a la salud.
–¿Considera que hubo cambios en el FMI que favorezcan la vuelta de países como la Argentina?
–El Fondo Monetario basó sus recomendaciones en una teoría que tenía algunas cosas buenas, pero que en general fue bastante mala. La estrategia híper ortodoxa dio malos resultados porque se le prestó poca atención a la inversión social. El FMI cometió el error de ahogar a los países deudores para que repaguen sus deudas. Les llevó un tiempo darse cuenta, pero creo que ya aprendieron la lección.
–¿Por qué cree que la crisis actual impacta menos que otras crisis en América Latina?
–En mi opinión se debe a dos motivos. A diferencia las décadas pasadas, América Latina está más diversificada. Incrementó en gran medida sus exportaciones a Asia y Africa, además de Europa, donde siempre tuvo relaciones comerciales. La dependencia de Estados Unidos es menor, y eso es muy bueno. Pero además, si bien la crisis impactó en el precio de los commodities, aún siguen altos. Los precios de los alimentos, los minerales y la energía se elevaron, y aunque siguen por debajo de los máximos previos a la crisis, permiten mantener una buena perspectiva para la región.
–¿Qué puede esperarse de los precios de los commodities en el futuro? ¿Podría generar inflación?
–Creo que la suba del precio de los commodities no es transitoria, sino permanente, y es consecuencia de la escasez de recursos. Mientras China e India sigan creciendo a tasas extraordinarias, los precios seguirán altos.










