

Todos conocemos la importancia que para las economías regionales poseen las denominadas zonas francas. En tal sentido, la ley 24.331 establece la creación de ellas en cada provincia de nuestro país, mientras que su artículo 50 aclaraba que se incluía al territorio de la Capital Federal.
Sin embargo, ese artículo fue entonces vetado por el Poder Ejecutivo, justificando que la ley apuntaba a las economías regionales, particularmente aquellas que involucrasen a provincias económicamente menos favorecidas, y que de esta manera pudieran establecer zonas francas alejadas de los principales centros de consumo y aprovisionamiento del país.
Sin embargo, en mi opinión, aún se encuentra vigente el artículo 2º de la citada ley, que establece la creación de una zona franca por provincia. Soy consciente que la Ciudad no es una provincia pero tampoco es un municipio ordinario, sino que es una ciudad autónoma con todas las características de independencia claramente establecidas en nuestra constitución local.
En consecuencia, propongo que la Ciudad sea incluida en las previsiones de la Ley 24.331, ya que existen razones de peso para ello. Por un lado, la autonomía de la que en la actualidad goza la Ciudad la coloca en igualdad de condiciones con el resto de las provincias. Y, por otro, la realidad indica que la mayoría de las zonas francas no están alejadas de los principales centros de consumo, sino todo lo contrario. Basta enumerar las de Córdoba, Bahía Blanca/Coronel Rosales, Puerto Iguazú, Villa Constitución o General Pico, entre otras.
Consideramos de importancia la existencia de un plan de transformación y desarrollo que identifique las potencialidades de cada región y las coloque en función de una visión de mediano y largo plazo. En el mismo sentido, creo que nuestra ciudad cuenta con posibilidades extraordinarias de crecimiento en información y tecnología, aprovechando que posee salidas al exterior por aire y mar, gracias a aeropuertos internacionales y con un puerto de gran envergadura, sin obviar la ventaja de ser uno de los centros universitarios más grandes del país.
Además, lo producido en dicha zona no afecta a la industria nacional, ya que todo lo que se produce, se exporta. Mi proyecto apunta a producir la tan necesaria transferencia tecnológica esperada para esta exportación.
La creación de una zona franca en el ámbito de la ciudad busca generar, en el largo plazo, una masa crítica de empresas tecnológicas, atrayendo inversiones de alta tecnología y facilitando la gestión de iniciativas para dichas inversiones.
La zona franca no solo brindará la promoción y generación de empleo, y aprovechamiento de la potencialidad de la región. Es clave para la reactivación económica, que tanto ansiamos.










