Desde que Gordon Brown anunció, desde Downing Street, la fecha de las próximas elecciones generales de Gran Bretaña muchas encuestas de opinión insisten que su último día como Primer Ministro será el 6 de mayo de 2010. Cuando falta menos de un mes de ardua campaña para los comicios ya se están escribiendo los obituarios políticos de Brown.

Pero el Primer Ministro ha sobrevivido al menos tres intentos de destituirlo por parte de los diputados de su propio partido desde que sucedió a Tony Blair en 2007. Una elección general parece no asustarlo. “Brown está convencido de que podemos ganar , dijo uno de sus asesores.

Cuando el Financial Times lo entrevistó el domingo de Pascuas, Brown se mostró inquieto por la salud a largo plazo del sistema financiero global, una preocupación aparentemente extraña de parte de alguien que podría tener que dejar su cargo en un mes.

Hijo de un ministro de la Iglesia de Escocia, Brown nunca le ha dado mucho valor al concepto de un “día de descanso . Los asesores de Brown dijeron que el Primer Ministro realizó numerosas llamadas telefónicas durante Semana Santa tratando de conseguir respaldo internacional para un impuesto que reflejaría la deuda que los bancos tienen con la sociedad.

Cuando Brown les rindió homenaje a sus padres en el primer discurso pronunciado en la conferencia del partido como líder Laborista en 2007, dijo que ellos le habían enseñado “las grandes virtudes del trabajo arduo . Cuando asumió como Primer Ministro, Brown citó su lema de la vieja escuela: “Voy a hacer mi máximo esfuerzo . Mientras Gran Bretaña se prepara para las elecciones, la pregunta que pesa sobre él es si eso será suficiente.

Con energía

Aquellos que vieron a Brown en acción el domingo de Pascua dan fe de que esa es la imagen auténtica del Primer Ministro. ‘Su energía fue impresionante‘, dijo uno de sus asesores. Sin embargo, aunque el desempeño del Primer Ministro dio una idea de sus fortalezas también proporcionó pistas de por qué podría ser desalojado del Número 10 de Downing Street cuando los votantes finalmente den su opinión sobre su liderazgo.

Los partidarios de Brown señalan su capacidad de concentrarse en el panorama general, incluyendo los peligros que los bancos que todavía no han sido totalmente reformados presentan para la economía mundial. En sus discursos de Pascuas hizo referencia a su prodigioso apetito por el trabajo arduo, su comprensión de las finanzas internacionales y sus amplios contactos globales.

Sus opositores dicen que resulta poco sorprendente que un Primer Ministro que pasa sus vacaciones pensando en los ratios de capital no se haya ganado la simpatía de los votantes. De alguna manera, el hombre descripto por algunos diarios europeos como “un superhéroe por la forma en la que manejo la crisis económica no les parece nada de otro mundo a algunos británicos.

Según las encuestas, el escocés de 59 años, se dirige a la derrota electoral. Algunos sondeos de opinión recientes indican que el partido Laborista está entre 4 y 10 puntos por debajo de la oposición conservadora liderada por David Cameron.

No es así como lo ve Brown. Cuando habló con el Financial Times sobre el orden del día de la reunión del grupo de las 20 naciones principales que tendrá lugar en Seúl en noviembre, no hubo la más mínima sugerencia de que él sospechara que no podría estar allí.

Hace unos días, cuando el Primer Ministro se reunió con la canciller alemana Angela Merkel en su residencia oficial de Chequers no fue para despedirse. “Se habló sobre el futuro de las reformas y los proyectos conjuntos que podríamos emprender , afirmó un diplomático británico.

La confianza de Brown en sí mismo se basa en su fuerte convicción de que al enfrentarse a una de las mayores emergencias que han tenido lugar en épocas de paz en Gran Bretaña -la crisis bancaria- él hizo lo correcto. No sólo eso, sino que su decisión de recapitalizar los bancos británicos en el otoño boreal de 2008 sirvió como modelo de respuesta global ante la crisis.

Cuando la historia reflexione sobre el primer (o único) mandato de Brown, es muy probable que se lo juzgue favorablemente. Sin embargo, también es posible que se escriba que Brown -en el cargo de ministro de Hacienda que ocupó de 1997 a 2007- fue responsable de una expansión de crédito y préstamos que dejó al Reino Unido en una posición muy vulnerable cuando se desató la tormenta.

Pero, tanto los Laboristas como los Conservadores, reconocen que el próximo 6 de mayo los votantes no le prestarán mucha atención a cuestiones de la historia. Cameron cree que el electorado británico no concibe la idea de despertarse a la mañana siguiente a las elecciones y descubrir que Brown sigue siendo Primer Ministro. Cameron señala que los Tories pusieron fotos de Brown que poco lo favorecen en sus panfletos de campaña, mientras que el Primer Ministro casi nunca aparece en los de su propio partido.

Entonces, ¿cómo fue que el líder de la crisis financiera pasó a ser un pasivo para su partido? Brown nunca recibió un mandato directo de parte del electorado sino que reemplazó a Tony Blair en 2007 tras años de complot y fue ungido por el partido Laborista como su nuevo líder sin tan siquiera un voto. Esta falta de legitimidad siempre ha sido un problema.

Al principio esto parecía no importar. Brown resultó muy beneficiado por el solo hecho de no ser su predecesor, a quien a estas alturas se lo asociaba con la guerra de Irak y con supuestos engaños. Por el contrario, el nuevo Primer Ministro jugaba limpio mientras erigía una gran carpa para albergar a un gobierno “de todos los talentos . Su estilo poco ostentoso causó buena impresión durante un verano en el que hubo atentados terroristas, inundaciones y problemas de sanidad animal.

Golpes y críticas

FT>Rápidamente, Brown se ganó la reputación de ejercer un liderazgo decisivo, pero aquellos que lo conocían bien no parecían tan seguros. “En Hacienda uno está protegido de los hechos que suceden en el mundo , señaló un allegado al partido Laborista. “Gordon podía desaparecer durante un par de días y luego volver con un plan nuevo y cuidadosamente elaborado. No se puede hacer lo mismo en el Número 10 de Downing Street .

La falibilidad del Primer Ministro se hizo evidente cuando especuló con la idea de llamar a elecciones anticipadas en el otoño boreal de 2007 y luego abandonó el plan cuando se dio cuenta de que las encuestas no lo favorecían. Luego siguieron una serie de desaciertos en materia de políticas, lo que fomentó la idea de que Brown estaba perdiendo el control de la situación.

Su dependencia de una camarilla de asesores y el hecho de que toleró una operación mediática en contra de algunos colegas del gabinete despertó el odio en varios sectores del gobierno. Pocos meses después, el Primer Ministro enfrentaba el primero de una serie de golpes que atentaban contra su liderazgo.

Pero había un problema más profundo. Brown parecía incapaz de explicar al electorado que él tenía un plan simple y factible para mejorar sus vidas. “Le cuesta comunicar sus ideas , comentó un allegado al partido Laborista. Los votantes a menudo lo consideran distante, frío, casi robotizado.

Brown cree apasionadamente que la solución de la crisis financiera global es la clave del futuro éxito económico de Gran Bretaña, pero algunos de sus colaboradores preferirían que se concentrara más en cuestiones cercanas al corazón de los votantes.

En 2009, cuando el liderazgo de Brown estuvo en peligro por otro intento de golpe, sus colaboradores recuerdan haberse sorprendido al ver al Primer Ministro preocupado por las fuentes de crecimiento mundial a futuro y el camino recorrido por China en su esfuerzo por convertirse en uno de los principales países consumidores.

El Primer Ministro, que fue periodista de televisión, también está obsesionado con la microgestión de la agenda de noticias. Anticipándose a una cumbre de los líderes del Commonwealth, Brown dio instrucciones al personal de Downing Street sobre qué titulares esperaba ver cada día, comenzando por: “Brown pide que Pakistán tome medidas enérgicas contra Al-Qaeda . >Algunos allegados al partido Laborista reconocen que durante sus tres años en Downing Street, Brown no ha podido manejar la esencia de la política que está entre lo táctico y lo estratégico. “No siempre hemos podido llenar ese espacio , comentó un colega.

Cuando Brown estaba en Hacienda, los funcionarios se referían a esta brecha en broma como el “entrepiso analítico , que estaba lleno de personal idóneo, incluyendo al ahora ministro de Educación, Ed Balls, que transformaba las ideas de alto nivel de Brown en políticas.

Los ministros en el primer período del liderazgo de Brown notaron que no los perseguía para asegurarse de que los servicios públicos estuvieran siendo reformados. “Cuando Tony Blair estaba en el cargo, había reuniones todos los meses para informarle qué estaba sucediendo -si esto no se hace, el proceso de reforma se detiene , dijo un ministro.

Propuestas moderadas

La aparente falta de visión a mediano plazo del Primer Ministro (en oposición a su visión totalmente formada del gobierno económico y la arquitectura financiera global) desconcertó a sus críticos, quienes suponían que Brown había pasado una década esperando que llegara el momento de reemplazar a Blair con una idea clara de la dirección que Gran Bretaña tomaría bajo su liderazgo.

Su discurso en la conferencia de 2007 es recordado por sus modestas propuestas de hacer una “limpieza profunda de los hospitales y dotar las salas de más personal, esbozando su idea de personalizar los servicios públicos para que los alumnos y los pacientes tengan derecho a ciertos niveles de atención.

Para desgracia de la izquierda, en un principio Brown parecía reacio a dar marcha atrás con los planes de Blair de extender el uso del sector privado en la prestación de servicios públicos. Más recientemente, Brown y los Laboristas han redescubierto su fe en el estado casi por default después de las intervenciones bancarias del gobierno.

La continua participación de Brown en cuestiones relacionadas con políticas fiscales es mal vista por sus antiguos colegas de Hacienda, quienes sostienen que el Primer Ministro nunca aceptó que la crisis económica -y el déficit récord de £ 167.000 millones- anunciaban el fin de una década de aumentos en el gasto público. Un funcionario del Ministerio de Economía describe a Brown como un “loco cuya respuesta a todos los problemas es “gastar, gastar y gastar . Sin embargo, durante la agitación de los últimos tres años Brown ha mostrado una veta fuerte y ha resistido todos los intentos de destituirlo. También dejó ver flashes del viejo tino político que lo llevó a la cima de su partido, especialmente al hacer regresar a su antiguo enemigo Lord Mandelson al gobierno.

Los amigos de Brown dicen que el Primer Ministro sigue siendo el principal crítico de sí mismo, con mucha más capacidad de autoanálisis que Blair. “Siempre cree que debe hacer las cosas mejor , dijo un allegado. “Su respuesta siempre es que debe trabajar más‘.

Para algunos Laboristas, Brown no ha cumplido sus expectativas. John Hutton, el ex ministro de Comercio predijo que sería “un Primer Ministro terrible . Cuando recientemente le preguntaron si había cambiado de opinión, Hutton miró su reloj y bromeó: “¿Qué hora es? .

Sin embargo, Brown todavía sigue en carrera. Su adusta imagen pública se vio renovada recientemente en una emotiva entrevista televisiva en la que se tocó el tema de la súbita muerte de su primera hija e hizo revelaciones de su temible carácter. Las elecciones han renovado la energía del Primer Ministro, casi como si se hubiera sacado de encima las presiones del gobierno y estuviera saboreando la idea de atacar las políticas de un gobierno Tory. Además, Brown cree que podemos ganar, aún cuando las encuestas indican lo contrario. “Esto es bastante alentador , afirmó alguien que trabaja con él en Downing Street. “Viniendo de alguien que ha sido tan vapuleado, no se puede dejar de admirar su confianza en sí mismo .

Traducción Natalia Alvarez