

Piratas son hoy en día llamados a los que copian las invenciones patentadas por otros. Pero esto no fue siempre así. El término piratas para denominar estas actividades se desarrolló durante la Rueda Uruguay cuando se negociaba el acuerdo multilateral conocido como Trips (por sus siglas en inglés Trade Related Intellectual Property Rights). Como es sabido, las patentes otorgan un derecho exclusivo durante un período limitado de tiempo que de acuerdo al Trips, no debe ser menor a 20 años desde la fecha de presentación de su solicitud. La fijación de precios monopólicos u oligopólicos apoyados en el derecho legal exclusivo, representa la forma en que el inventor recupera los gastos incurridos para desarrollar su invento.
Las patentes son un desarrollo moderno que se consolida con la revolución industrial y sus demandas por acelerar el crecimiento de la productividad a través de la invención de nuevos procesos y productos. Los países industriales fueron los pioneros en impulsar leyes modernas de patentes, en función de su nivel de desarrollo. Esto quiere decir que el crecimiento económico impulsó la necesidad de proteger a los inventores tanto como éstos impulsaron el crecimiento económico.
Debido a que los niveles de desarrollo económico y social no eran uniformes, distintos países reforzaron sus leyes de propiedad intelectual en distintos momentos del tiempo. Estos ajustes muchas veces se reflejaban en cambios en la duración del derecho exclusivo y otras, en la elegibilidad de ciertos productos y procesos a ser patentados. Por ejemplo, en el pasado, la duración de muchas patentes ha sido menor al mencionado y por otra parte, durante décadas muchos países industriales excluyeron a las drogas farmacéuticas de la lista de productos elegibles de ser protegidos con una patente.
Claramente, los países industriales tuvieron la oportunidad y libertad de usar las patentes como un instrumento de desarrollo económico. Cuando Estados Unidos tenía patentes para drogas farmacéuticas y muchos países de Europa no las tenían, el primero no los llamaba piratas: simplemente respetaba las preferencias de otros países por sus políticas económicas y sociales incluyendo la cobertura y duración de las patentes.
Pero como ocurre a menudo cuando un sector es favorecido por medidas gubernamentales proteccionistas, estos toman un poder desmedido llegando al punto de comandar ciertas políticas económicas en su favor. Estos fueron los sectores que impulsaron el Trips que ha originado la armonización de las leyes de propiedad intelectual en el mundo. El Trips rompió el nexo crucial que las patentes habían tenido con los procesos de desarrollo económico de los países industriales y en la actualidad, las patentes son un instrumento para maximizar las rentas monopólicas a nivel mundial de las empresas innovadoras que en su gran mayoría tienen sus casas matrices en estos países.
A partir del Trips, el país más pobre del mundo tiene que tener aproximadamente las mismas leyes de propiedad intelectual que los países más ricos. ¿Y qué pasa si por motivos de salud humana u otros aspectos de desarrollo, los países pobres no cumplen? Para estos casos, los grandes países innovadores han desarrollado las medidas retaliatorias que en casos extremos, han incluido la prohibición de importaciones mientras que en otros, se han retirado productos del sistema generalizado de preferencias (SGP). Para muchos países, esta armonización representa una aberración que acentúa la desigualdad y la pobreza.
Más recientemente, en sus negociaciones regionales y bilaterales, los países desarrollados han logrado que sus socios más pobres extiendan los derechos y refuercen sus controles internos en defensa de las nuevas leyes de propiedad intelectual. Por ejemplo, en el reciente acuerdo aprobado por el Congreso de Estados Unidos con la República Dominicana y los países de Centro-América, los países se han obligado a establecer estándares mínimos de protección en nuevas áreas como son las indicaciones geográficas, dominios de internet, señales satelitales y otros.
La Argentina y Brasil están liderando una propuesta para reformar la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) de forma tal que los lineamientos que dicta en materia de propiedad intelectual tengan un nexo con los objetivos de desarrollo. Esta propuesta merece un fuerte apoyo.
La campaña mundial de relaciones públicas de algunos grupos monopólicos innovadores ha sido muy exitosa y hoy en día el término pirata se usa vulgarmente para los que violan leyes de propiedad intelectual, muchas de las cuales han sido establecidas a través de la fuerza persuasoria asociada a la amenaza de medidas retaliatorias. Sin embargo, esto no siempre fue así y no debería seguir siendo así.










