

El magnate estadounidense Malcolm Glazer, finalmente, se convirtió en el accionista mayoritario del club inglés Manchester United y lanzó una oferta por los títulos restantes. En nombre de Glazer, la empresa Red Football, acordó comprar el 28,7% de las acciones de la entidad que estaban en manos de Cubic Expression, una sociedad de inversiones de John Magnier y J.P. McManus, dos empresarios irlandeses, con intereses en carreras de caballos. Esta operación le pone punto final a una batalla de dos años, en la que el estadounidense redobló sus esfuerzos para hacerse con el control del equipo de fútbol más rico del mundo, valorado en más de u$s 1.500 millones.
El acuerdo le reportará al dúo irlandés entre 50 y 70 millones de libras (93 a 130 millones de dólares). Así, Glazer, quien ya poseía el 28,1% de las acciones, ahora será propietario del 56,9% del Manchester United.
Según allegados, el empresario también se habría hecho del 6,45% de los títulos que estaban en manos del tercer mayor accionista del club, el millonario del sector minero Harry Dobson. De confirmarse, la tenencia de Glazer superaría el 60% de paquete.
Glazer, de 76 años, es dueño del Tampa Bay Bucaneers, equipo de fútbol americano ganador del Super Bowl de 2003. Ahora, el estadounidense irá por el 75% de las acciones del Manchester United, ya que esa tenencia le permitiría dirigir al club sin restricciones y retirar a la entidad del panel de cotización de la Bolsa de Londres. Éste es el motivo principal por el que los hinchas rojos, que ayer manifestaron su repudio, resisten el advenimiento de su nuevo dueño. Los seguidores del club dicen que Glazer, así, podría acumular deuda sobre el club, cuya facturación anual (259 millones de euros) lo ubica como el equipo de fútbol más rico del mundo, según el ránking elaborado por la consultora Deloitte.
Menos ganancias
La Big Four elaboró su Football Money League sobre los datos del año fiscal 2004. Sin embargo, pese a que el United logró mantener el liderazgo, fue el primero de ocho ejercicios en los que la caída de sus ventas se tradujeron en un retroceso del 35% en sus ganancias. Los beneficios del primer semestre se derrumbaron 52% porque las derrotas en el campo de juego hicieron bajar los ingresos por transmisiones de televisión.










