

La distinción entre centros de financieros “offshore y “onshore quedó eliminada por el Fondo Monetario Internacional, en lo que se convierte en una victoria para más 40 pequeños países que se quejaban por haber sido injustamente estigmatizados en la lucha contra los delitos financieros.
El FMI señaló que dicha diferenciación “se había desdibujado con la globalización , fenómeno que en muchos países incrementó la variedad de operaciones internacionales, y también dio origen a centros financieros nuevos que brindan servicios a no residentes en países como Botswana, Brunei, Dubaiand y Uruguay.
El organismo indicó que todavía le preocupaban “ciertas áreas clave en la lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento a grupos terroristas en algunos paraísos fiscales, si bien aseguró que el cumplimiento de las normas es “en términos generales comparable con los centros financieros onshore. También informó que se hicieron progresos en lo que se refieren a supervisión bancaria, cooperación internacional e intercambio de datos.
El deseo de “eliminar la necesida
d de mantener una lista de paraísos fiscales que puede ser discriminatoria fue uno de los motivos que el FMI tuvo en cuenta para fusionar su control sobre los centros de actividades offshore y el sector financiero, señaló la entidad mediante un comunicado la semana pasada.
El FMI informó que, para la supervisión del sector financiero, adoptará un enfoque más uniforme y basado en el riesgo. Se centrará en una cantidad pequeña de jurisdicciones: Bermuda, Islas Caimán, Jersey, Guernsey, Isla de Man, Panamá, Labuan (Malasia), Bahamas, y quizás las Islas Vírgenes Británicas, que representan la mayor parte de la actividad offshore.
El FMI señaló que la ausencia de criterios objetivos para definir un centro offshore “dificulta el trazado creíble de una línea divisoria . Entre los criterios anteriores se encontraban la orientación de las actividades principalmente dirigidas a no residentes y los impuestos bajos o nulos. El año pasado el FMI en un trabajo de investigación subrayó esas dificultades, donde también clasificó a Gran Bretaña como un paraíso fiscal aplicando una definición basada en el coeficiente entre las exportaciones netas de servicios financieros y el PIB.










