

Mientras el mundo desarrollado se debate en torno a cómo empujar la demanda vía estímulos monetarios, el resultado de estas políticas se hace evidente en el mundo emergente. Así, casi paradójicamente, aquellas medidas de dudosa efectividad para bajar las tasas de interés de mediano plazo y estimular las economías centrales, sí tienen un efecto directo sobre Argentina y la región.
Uno de estos canales se evidencia en la abundante liquidez que se observa a nivel global, lo cual no puede dejarse de lado al observar el renovado apetito por los activos locales. Vale decir que ciertamente Argentina ha hecho algunos gestos de acercamiento en este sentido, tales como la segunda etapa del canje de deuda, pero no menos cierto es que la percepción de riesgo no ha mejorado significativamente. Por su parte, recientemente se ha anunciado la posibilidad de renegociar la deuda con el Club de París, cuyo impacto aún es incierto. De todas formas, por sobre todo han primado los altos rendimientos que otorgaban (y todavía otorgan) los activos locales, en un escenario de mayor apetito por el riesgo.
Por otro lado, la liquidez internacional ha impactado fuertemente sobre los mercados de commodities, haciendo aumentar los precios hasta niveles récord en los últimos dos años y provocando un mayor ingreso de dólares por exportaciones, lo cual, junto a una menor salida de capitales, ha venido exigido la intervención del BCRA para evitar una apreciación de la moneda.
De esta forma, con un tipo de cambio que difícilmente pueda moverse de forma significativa al alza y altos rendimientos en pesos, han llevado a varios bancos de inversión a recomendar posicionarse en activos locales para aprovechar esta situación, lo cual vuelve a exigir la intervención del BCRA.
En este contexto, se ha venido observando en los últimos meses una interesante recuperación en el crédito interno y una mejora en el valor de las acciones argentinas en bolsa. Ciertamente, si bien la situación podría mejorar más aún (el riesgo país continúa bien por encima de países comparables), el mercado ofrece actualmente algunas opciones interesantes. Adicionalmente, las inversiones realizadas a tiempo, ya sea en bienes de capital o en capital de trabajo, suelen ser la variable que define qué empresa aprovecha mejor el crecimiento de la demanda.
En este sentido, vimos en los últimos días la primera salida a la bolsa tras más de dos años. TGLT, una empresa dedicada a emprendimientos inmobiliarios residenciales de alta gama, logró colocar en el mercado casi $220 millones, con una participación de inversores institucionales del exterior superior al 65%.
Por su parte, en el mercado de deuda también se encuentran algunas perlitas. Tal es el caso de Arcor, el gigante alimentario argentino, que acaba de colocar en el mercado unos u$s 200 millones. La emisión es el primer acercamiento de la compañía al mercado de capitales y forma parte de un programa por u$s 500 millones. La operación gozó de mejor tasa (7,25%) y calificación (B+ -Fitch-) que el propio gobierno nacional y recibió ofertas por u$s 1.800 millones, lo cual implica una sobredemanda de 8 veces el monto a colocar. Por su parte, sólo alrededor de un 7% habría quedado en manos locales.
En lo que refiere a la financiación bancaria, resultan muy convenientes los créditos que pueden obtenerse mediante el 'Programa de Financiamiento Productivo del Bicentenario'.
Mediante este vehículo, se buscará otorgar préstamos productivos por un total de $8 mil millones, a una tasa fija del 9,9% y a un máximo de cinco años. Los proyectos deben ser aplicados únicamente a financiar proyectos de inversión, para lo cual serán evaluados por la Unidad de Evaluación de Proyectas, integrada por varios ministerios del Gobierno Nacional.
Los créditos, sin embargo, se otorgarán mediante alguna de las instituciones bancarias que liciten los fondos del Banco Central con este objeto y serán éstas las encargadas de la evaluación de riesgo de la operación. En la primera licitación, los bancos participantes fueron el Banco Nación, el Credicoop, el Santander Río y el HSBC.
Hasta el momento, se han licitado proyectos por $230 millones, aunque ya han sido aprobados por la Unidad de Evaluación unos $655 millones y $2.500 millones se encuentran en ese proceso.
En términos más generales, todo el financiamiento bancario para empresas ha crecido de forma considerable en el último tiempo, siendo lo más notable el comportamiento de las líneas de descuento de valores, con un avance superior al 45% en el último año.
Sin embargo, es largo el camino que debe recorrerse, tanto en términos de sector bancario como de mercado de capitales, para alcanzar niveles de profundidad que se acerquen a los niveles de países semejantes. En este sentido, el nivel de créditos en relación al producto bruto continúa siendo muy bajo, no sólo comparado con países de similar desarrollo sino también dado el grado de bancarización de la población.
Con todo, para quien sabe mirar, el mercado ofrece interesantes propuestas para financiarse a tasas razonables, en especial cuando se trate de nuevos proyectos de inversión. Ya es tiempo que el mercado se acerque a las necesidades de las compañías, pero también es tiempo para que éstas vuelvan al mercado.










