

Los preparativos para iniciar una exploración petrolera a gran escala en aguas cubanas del Golfo de México, a sólo 50 millas de Estados Unidos, están tomando impulso. Esto pone a prueba los límites del embargo comercial norteamericano que recae sobre el país caribeño.
Cubapetróleo (Cupet), el monopolio petrolero estatal, informó que están programados siete pozos de exploración para el término de los próximos dos años.
Una nueva torre de perforación china para aguas profundas, de propiedad de Saipem –una unidad de la petrolera italiana Eni SpA– estará lista para partir desde su astillero hacia Cuba a fin de año y tardará dos meses en llegar a destino.
La torre de perforación fue construida para evitar el límite de 10% de tecnología norteamericana autorizado en la isla, conforme al embargo comercial que EE.UU. impuso a Cuba.
El trabajo preparatorio tiene lugar en el puerto de Mariel, al oeste de La Habana, desde donde serían coordinadas las operaciones, según fuentes de la industria y diplomáticos.
“Es ridículo que la petrolera española Repsol esté pagando a una firma italiana la construcción de una torre de perforación en China que se utilizará el año próximo para buscar petróleo a 80 kilómetros de Florida, señaló Sarah Stephens, directora ejecutiva del grupo Center for Democracy in the Americas.
Stephens, cuya organización con sede en Washington se opone a las sanciones estadounidenses, encabezó la primera misión de reconocimiento realizada por personal del congreso y expertos en La Habana y que tuvo lugar en julio. El equipo concluyó que no quedaron dudas sobre la determinación de Cuba de explotar sus reservas en aguas profundas.
Quienes se oponen al embargo en Washington están impulsando una legislación que permita a grupos estadounidenses participar en el desarrollo offshore de Cuba, mientras que quienes lo defienden piensan en una ley que sancione a los grupos extranjeros que lo hagan. Los políticos de Florida que prohibieron la perforación mar adentro, temen que la exploración cubana desencadene un accidente como el derrame de BP frente a las costas de Luisiana.
Cuba dividió sus aguas del Golfo de México en 59 bloques, 21 de los cuales ya fueron contratados por siete compañías extranjeras.
Según fuentes diplomáticas y del sector, compañías de España, India, Noruega y quizás Malasia –todas aliadas de EE.UU.– ya firmaron acuerdos, mientras que otras de Vietnam, Venezuela y Brasil no está lejos de hacerlo.
La administración Obama se abstuvo de denunciar los planes de perforación de Cuba y parece estar a favor de que exista una cierta cooperación. Hace poco aseguró que permitiría que empresas de Estados Unidos especializadas en contener derrames de petróleo operen en Cuba si fuera necesario.










