

Cristina Fernández de Kirchner estuvo ayer en Salta, pero –teleconferencia mediante– inauguró trenes urbanos en esa provincia y cinco más. Donde Juan Manuel Urtubey gobierna entre desmontes, sojización e inundaciones, habrá un nuevo ferrocarril urbano de 17 kilómetros, que llegará a medio millón de habitantes y empalmará con el turístico Tren a las Nubes. En la provincia que define el destino electoral del kirchnerismo, Buenos Aires, Daniel Scioli inauguró el servicio entre Lincoln y la pampeana Realicó, de 259 kilómetros y 18 estaciones intermedias, en un área que abarca 120.000 habitantes.
Para la Tucumán del también kirchnerista José Alperovich, ayer comenzó a funcionar un tren interurbano entre la capital San Miguel de Tucumán y el destino turístico Tafí Viejo. El recorrido es de casi 15 kilómetros y en su área de influencia viven unas 800.000 personas. En Chaco correrá un nuevo servicio urbano entre los partidos de San Fernando y Libertad, con un área de influencia de 400.000 habitantes. Lo inauguró ayer Jorge Capitanich y se invirtieron $ 90 millones. También se inauguró un nuevo servicio ferroviario urbano en Córdoba, y como allí no hay gobernador “amigo (Juan Schiaretti), la teleconferencia fue con el intendente de la capital, Daniel Giacomino.
Los elogios del sindicalismo sectorial no podían faltar. “Las gestiones de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner y la política ferroviaria produjeron muchas mejoras, se procura recuperar y reactivar el sistema de trenes. Tengo muchas expectativas en esta política actual, luego de 54 años de sistemática destrucción del tren , apuntó Omar Maturano, secretario general del Sindicato de Conductores de Trenes La Fraternidad.
El gremialista también destacó la labor de la Administración de Infraestructura Ferroviaria (ADIF), conducida en el Ministerio de Planificación por Juan Pablo Schiavi. “Tanto la ADIF como Operador Ferroviaria Sociedad del Estado (SOF) se encargan de la infraestructura y las operaciones, lo que es un paso cualitativo en la recuperación del rol del Estado y del sistema. Se revirtieron estrategias de años de destrucción .
Maturano también afirmó que “poderosos intereses económicos conspiran contra una política que planifique el sistema de transporte. La ausencia del ferrocarril ha promovido innumerables debacles y trastornos sociales y económicos. La decisión política de desmantelar el sistema de trenes a partir del Plan Larkin de 1958, y su agresivo reemplazo por el autotransporte, significó la utilización inapropiada de hidrocarburos y energías no renovables .










