El Gobierno muestra una actitud contradictoria en materia de políticas promocionales. Con la promulgación de los decretos 1295 y 1355 dispuso dos medidas que crearon fuertes conflictos entre las provincias, e incluso se dictaron medidas judiciales a favor y en contra de su aplicación.

En realidad, el primer decreto implica solo una posibilidad de adaptación de los proyectos, sin producir perjuicios a terceros de ninguna naturaleza. En tanto el segundo decreto resulta parcial al no contemplar la totalidad de los efectos que produce la derogación del régimen del recupero del IVA.

La primera medida apunta a la determinación de nuevos criterios de aplicación para la evaluación del grado de cumplimiento fiscal y la determinación del demérito correspondiente en caso de irregularidades. Sobre este punto, resulta admisible que se exija el cumplimiento de los compromisos desde el momento en que el titular del proyecto puede gozar de los beneficios, respetando la característica de contrato bilateral sostenida por la Corte Suprema (fallo Metalmecánica S.A. c/Gobierno Nacional). Aquí solo se despejan los conflictos generados al fiscalizar los proyectos beneficiados.

Además, se otorga facultades a las provincias para aprobar modificaciones de objeto (actividad) en los proyectos industriales, en la medida que no se alteren los montos de los beneficios obtenidos. Esta decisión también es acertada ya que no se puede desconocer el descomunal avance tecnológico producido en los últimos tiempos, y la no adecuación del proceso productivo a los cambios de mercado podría llevar al cierre de una empresa.

Sin embargo, el Gobierno no fue igual de certero con el decreto 1355 que propone la derogación del reintegro complementario de IVA a las empresas promocionadas. La medida generaliza y no contempla las diferentes situaciones que presentan las firmas promovidas, y sus argumentos (como el fin de la convertibilidad) resultan inaplicables para aquellas industrias que requieren insumos importados o cuyo valor de adquisición se determina en dólares.

Además, este proceder resulta contradictorio porque a partir de la devaluación el beneficio anual por IVA Compra e IVA Saldo hoy apenas representa unos pocos meses del año, a pesar de que las obligaciones en materia de producción, inversión y mano de obra se mantienen a lo largo del proyecto.

Pese a los vaivenes del Gobierno, los incentivos promocionales son un sistema exitoso y utilizado en diversos países desarrollados. Vale recordar que los organismos internacionales (entre ellos el FMI) sostienen que la política impositiva podría tener un impacto significativo tanto sobre la acumulación de recursos como sobre el progreso tecnológico. Pero las decisiones de política promocional requieren no sólo cuidadosa elección de objetivos sino también de instrumentos.