El representante de China ante las Naciones Unidas, Wang Guangya, afirmó esta semana que “el mercado chino necesita más inversión extranjera de las empresas transnacionales, y las transnacionales también necesitan una mayor participación en el mercado chino. Existe un futuro brillante para las empresas transnacionales que decidan invertir en China .

El embajador Wang subrayó, además, la complementariedad e interacción, esto es, la integración creciente y acelerada entre China y los Estados Unidos; señaló que “la importación de productos chinos ha ahorrado a los consumidores estadounidenses 600.000 millones de dólares en los últimos 10 años, y u$s 100.000 millones sólo en el 2004, lo que representa un promedio de u$s 625 ahorrados por año por cada familia estadounidense .

Wang señaló también que, aunque los Estados Unidos son la principal locomotora de la economía mundial, el efecto global de China es cada vez más evidente; indicó que “China, con una participación del 5% del producto bruto mundial (a valores constantes) representa el 19% del crecimiento económico mundial en los últimos tres años, y contribuye al crecimiento del comercio global con el 12% del total, lo que la coloca en segundo lugar después de Estados Unidos .

China es ya la tercera potencia comercial del mundo detrás de Estados Unidos y la República Federal Alemana y, según la estimación de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), será la primera en cuatro años (2010).

También la OCDE prevé que, en el 2015, un 50% del comercio mundial pasará por China/Asia-Pacífico.

La irrupción de China en el comercio internacional es un fenómeno propio de la actual fase de la globalización y, en términos analíticos, distinto y separado de su desarrollo interno y del proceso de reformas de los últimos 28 años.

El boom exportador chino es, ante todo, obra de las empresas transnacionales. Más de 58% del total de las exportaciones chinas son productos fabricados y vendidos por las transnacionales radicadas en el país.

Pero, si se consideran los productos nuevos de alta tecnología, sobre todo de tecnología de la información (IT), que en 2005 representaron mas del 30% del total de las exportaciones, la participación de las compañías transnacionales representa el 80/90% o más.

La característica central del boom exportador chino en los últimos tres años surge del cruce de la alta tecnología y la transnacionalización.

En este sentido, se acelera el flujo de inversión extranjera directa (IED) a China, que ascendió a u$s 22.990 millones en los primeros cinco meses de 2006, con un aumento de 2,78% respecto al mismo periodo del año pasado.

En 2005, el total de la IED que atrajo China fue de u$s 61.600 millones, con un stock acumulado que supera ya los u$s 600.000 millones, casi 45% del PIB.

Así, son 15.659 las nuevas empresas transnacionales que fueron autorizadas a establecerse en la República Popular en los primeros cinco meses del año, sin contar, en este total, las que se radican en Hong Kong, Macao y Taiwán.

El primer inversor extranjero directo en China continental es Hong Kong, con una inversión en los primeros cinco meses del año de u$s 6.900 millones; el segundo lugar lo ocupan las Islas Vírgenes británicas (paraíso fiscal) y el tercero es Japón.

Los otros diez países en orden de importancia que son la fuente de la IED en China son Corea del Sur, Alemania, Estados Unidos, Taiwán, Singapur, y luego otros dos paraísos fiscales: Islas Caimán y Samoa.

A partir del ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC), en diciembre del 2001, crece la participación de la IED norteamericana y europea; y también, en los últimos tres años, las transnacionales, sobre todo las de los sectores de alta tecnología, trasladan sus laboratorios a China continental.

En este período, las empresas transnacionales han instalado más de 700 laboratorios de alta tecnología en Asia-Pacífico, sobre todo en China e India.

Es la única región del mundo emergente en que esta transferencia de los sistemas de creación de innovaciones científicas y tecnológicas está ocurriendo.

Indica también hasta qué punto estas firmas transnacionales son de una naturaleza distinta a las empresas multinacionales de la década del ‘70, que trasladaban líneas de producción a los países del mundo emergente, pero mantenían en su país de origen la dirección estratégica (“management superior ), la innovación tecnológica y el financiamiento.

The Economist prevé que, en 15 años, la economía mundial será dos tercios mayor que la actual; y China será responsable de 27% de este crecimiento, un porcentaje superior al de los Estados Unidos. Según The Economist, más de 50% del crecimiento de la economía mundial en los próximos tres lustros será obra de sólo tres países: Estados Unidos, China e India.

El mundo tiene cada vez más un eje norteamericano-asiático.