La chilena Bonafide comenzó a desprenderse de las cafeterías que maneja en forma directa. El proceso terminará el año que viene, cuando la compañía se quede sólo con cuatro sucursales emblemáticas, mientras que el resto pasarán a ser franquicias.

La especialista en café invirtió 4 millones de dólares entre 1998 y 1999, cuando montó su red de 19 locales propios, ubicados en Capital Federal, Córdoba, Santa Fe, Paraná y Mendoza. Además de esos puntos de venta, posee 85 sucursales que operan bajo la figura de franquicia. En total, cuenta con 104 cafeterías.

En los locales propios, Bonafide es dueña del inmueble, se queda con toda la facturación y también tiene que correr con los gastos. En cambio, su relación con las sucursales franquiciadas se limita a la venta de productos.

“Bonafide da zonas de exclusividad a sus franquiciados. Mucha gente nos pedía ingresar al negocio, pero no podíamos porque eran zonas que ya estaban cedidas o tenían locales propios. Entonces, tomamos la decisión de vender la mayoría de nuestras sucursales , explica Martín Portaluppi, gerente de Mercado Cautivo, la división de Bonafide que se encarga de locales propios, franquicias y ventas corporativas.

Los primeros tres puntos de venta propios que se convirtieron en franquicias están en la zona del Obelisco (Avenida Corrientes casi Carlos Pellegrini), Primera Junta y en la zona norte del Gran Buenos Aires. Cada uno se traspasó por una cifra promedio de 250.000 pesos.

“Nos quedaremos con algunas ubicaciones emblemáticas, donde seguiremos con la capacitación y mostraremos las innovaciones en forma constante , señala Portaluppi. Aunque todavía no están definidas los sitios a retener, el ejecutivo señala que la sucursal de Belgrano, en la avenida Cabildo, seguirá siendo de la compañía.

Cuando Bonafide armó su cadena, no lo hizo sólo para aumentar su facturación, sino con el objetivo de que la marca alcanzara mayor relevancia, algo que se logró con la exposición en cientos de puntos de venta.

Durante el año próximo, Bonafide espera vender otros 12 de los 16 locales propios que mantiene. Esto conllevará un cambio en sus números. Los

locales propios facturan entre $ 80.000 y $ 100.000 mensuales. Además de ingresar esa cifra en su caja, la empresa tiene que hacerse cargo del manejo de stock, contratación de personal, seguridad y limpieza, más los impuestos respectivos. En el caso de los franquiciados, los números son distintos: Bonafide sólo cobra como proveedor, lo que puede representar entre $ 30.000 y $ 60.000 mensuales, dependiendo de la magnitud de la operación. La facturación varía según la temporada del año: es más alta en los meses de frío, y baja hacia el verano.

En la compañía aseguran que tienen varios interesados para cada uno de los locales a vender. En cada caso, se estudian los antecedentes y la capacidad para trabajar en conjunto. Por ejemplo, Bonafide quiere poner un pie en Rosario, y si un franquiciado se encarga de la tarea, la empresa lo apoyará.

Mayores ganancias

Las franquicias, los locales propios y las ventas corporativas representarán casi un 60% de los ingresos de la compañía, que serán de entre $ 50 y 55 millones este año. “Con el nuevo esquema, habrá menos ingresos, pero la contribución marginal será superior. Los ingresos serán sólo por la venta de productos, con mejores márgenes , explica Portaluppi.

Bonafide, que nació en el país en 1917, es un juego de palabras de origen latino, que significa buena fe. La firma es propiedad de la chilena Carozzi, que la compró en la década pasada, y que también es dueña de Chocolates Bariloche y las golosinas DRF.