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Otra nueva suba de los papeles argentinos ayer acercó el retorno del país a los mercados internacionales de crédito. El GD29, emitido bajo ley internacional, rinde 7,2% mientras que su hermano mayor, el GD30, ofrece 8,6% a quien lo adquieren a los precios de cierre de ayer. Los inversores se peliizcan por si se trata de un sueño: en la previa electoral llegaron a ofrecer una tasa de retorno de casi 20% anual ante el temor a una derrota oficial en las elecciones legislativas del 26 de octubre y posteriores problemas para cumplir con el pago de la deuda.

“La Argentina registra una oleada récord de emisiones de deuda en dólares por más de 3.500 millones en tres semanas. CABA emitió u$s 600 millones en bonos a 8 años ayer a 8,125%, marcando su primer retorno a los mercados internacionales desde 2016. Esta emisión se suma a seis empresas que accedieron a mercados de deuda internacional con operaciones superiores a u$s 100 millones: YPF (u$s 500 millones), Tecpetrol (u$s 750 millones), Pampa Energía (u$s 450 millones), Edenor (u$s 200 millones), Pluspetrol (u$s 450 millones) y Transportadora de Gas del Sur (u$s 500 millones)” consignó el informe al cierre del mercado de Aurum Valores.

El acuerdo con el Tesoro de los Estados Unidos despejó dudas. El resultado de las elecciones barrió con la posibilidades de que Donald Trump retire la asistencia. En el menú está esa posibilidad, incuyendo el swap aprobado y firmado por u$s 20.000 millones.

El 9 de enero la Argentina debe cumplir con el pago de cerca de u$s 4.500 millones por los servicios de renta y amortizaciones de los Globales y Bonares emitidos en la fallida restructuración de la deuda del 2020 realizada por el efímero ministro de Alberto Fernández, Martín Guzmán. El ministro Luis Caputo está evaluando diferentes alternativas. No hay nada definido aún. Lo positivo es precisamente que hay diferentes alternativas: más incertidumbre existía en enero del 2024 cuando el BCRA poseía reservas negativas por u$s 12.000 millones y el acuerdo con el FMI caído.

El acuerdo con el Tesoro de los Estados Unidos despejó dudas. El resultado de las elecciones barrió con la posibilidades de que Donald Trump retire la asistencia. En el menú está esa posibilidad, incuyendo el swap aprobado y firmado por u$s 20.000 millones. Ayer Bloomberg Línea destacó que hay negociaciones con bancos para obtener un repo para el BCRA. En enero ya se hizo una operación de este tipo por u$s 1.000 millones y en julio otra por u$s 2.000 millones.

Más allá de lo que se decida, el mercado, a diferencia de años anteriores, no teme que haya dificultades en los pagos. Todo lo contrario. Se descuenta que en el primer trimestre del 2026 la Argentina vuelva a ser sujeto de crédito internacional y que los vencimientos de deuda sean refinanciados voluntariamente. No es necesario pagar con reservas todos los vencimientos, más cuando el nivel de deuda del país sobre el PBI es bajo. El problema es que la restructuración de Guzmán del 2020 cargó con muchos vencimientos, u$s 9.000 millones cada año, al presidente que surgíera tras la gestión de Alberto Fernández.

¿Qué sería lo normal de ahora en adelante? Que la Argentina vaya refinanciando todos los vencimientos a tasas razonables por debajo del 8% anual. Seguramente Luis Caputo ya recibió diferentes propuestas para financiar al país pero el titular de la cartera de Hacienda aguarda a que caigan aún más las tasas o el costo financiero del país. Incluso ese retorno de la Argentina a los mercados permitiría además ir reduciendo la deuda de la Argentina con el FMI. Para ello seguramente restarán varios años pero el objetivo final del entendimiento con el organismo internacional es que el país opere como cualquiera de los vecinos: deuda en bajos niveles con colocaciones en la plaza local e internacional. Sin ayuda ya del bombero (FMI).

Es la meta final.