En un mercado que se encuentra en constante renovación, el gerente general de la División de Procesamiento de Prisma Medios de Pago, Diego Viglianco, detalla hacia dónde puede ir un ecosistema que hoy lidia con la llegada de nuevos jugadores y múltiples canales. Según aclaró, Latinoamérica, en general, viene rezagada, pero destacó que Argentina, gracias a la enorme penetración de los smartphones, tiene mucho por crecer. Aunque las tarjetas seguirán conviviendo con otras formas de pago, la clave numérica o alfanumérica podría extinguirse, gracias a los datos biométricos.

¿Las tarjetas perderán protagonismo contra otras formas de pago?

El ecosistema de medios de pago de las tarjetas, la estructura que tienen, se diseñó hace 60 años. Ahora con las fintech, toda esta tecnología está más al alcance de la mano. Hubo un abaratamiento del software, nuevos jugadores que quieren jugar en este ecosistema muy antiguo. Quedará ver cómo hacemos para que más personas tomen de la misma sopa. Cada participante se lleva su parte y van seguir entrando más jugadores.

¿Qué cambió?

Antes, 15 años atrás, las terminales de puntos de ventas eran pocas, hoy con el e-commerce y las nuevas tecnología hay muchos más participantes en la cadena de valor. La torta de ingresos es la misma y es más difícil distribuir. Vamos a adaptarnos, pero la competencia es mayor porque hay más jugadores.

¿Por cuánto tiempo más pagaremos con la tarjeta?

Si hablamos de la tarjeta física, el plástico, va a llegar un momento en que será reemplazada por otro form factor, el dispositivo para generar la compra será otro, quizás el celular. Una tecnología sin contacto, la misma información pero en lugar del plástico la llevaremos tal vez en el llavero, en una pulsera, en un anillo. El concepto de número de cuenta sigue estando, lo que cambia es el elemento que lo materializa. La apariencia, el form factor es la apariencia.

¿Pero cuándo llegaría el fin del plástico?

Las proyecciones que se pueden llegar a hacer predicen un mínimo 10 años, que hoy en día es mucho tiempo. El plástico, en definitiva, es el chip, lo que le da más seguridad. El día de mañana podría ser una antena sin contacto, pero esa misma funcionalidad el teléfono ya la tiene, el teléfono ya tiene la antena. Argentina tiene una alta penetración de smartphones, hoy la mayoría de los celulares son inteligentes y eso es lo que te va dictando el rumbo de la tecnología.

¿Cuál es el cambio más contundente que se viene?

Ya se está usando, son los datos biométricos. Si bien conceptualmente la clave estará siempre, porque los datos biométricos son claves, la bimometría es un form factor que reemplazará la clave.

¿Entonces no se necesitará recordar tantas claves?

Está probado que la biometría da realmente con la persona que está queriendo acceder a ese servicio, algo que está pensado para los consumidores del futuro. Se usarán la voz, el iris, la huella dactilar; de las tres, la voz está a prueba en algunos países, necesita afinamiento. Al igual que cuando se hace una selfie, que no importa si se cambió el corte de pelo, por ejemplo, o la barba, en la voz se guardan los grados más graves y agudos.

Mientras tanto todavía las claves generan algunos dolores de cabeza. Hubo un caso de fraude con la billetera virtual Todo Pago hace poco. ¿Qué cambiaron para darle más seguridad al servicio?

Primero habría que aclara que la magnitud del procesamiento de operaciones por año es de 6000 millones, un tamaño gigante. En es este caso puntual, hubo una usurpación de identidad, le robaron los datos a una usuaria y con el robo de esos datos pudieron generar una extracción sin tarjeta cuyo impacto fueron $ 6000. Nosotros lo detectamos y detuvimos la funcionalidad. Ya le agregamos aspectos de seguridad adicionales, de hecho lo hicimos el mismo día, además de hacer una denuncia penal, por lo que el tema ya está en la Justicia. Ahora, al momento del alta de la billetera, hay que agregar datos del CBU y el Cuil o Cuit. Y muy pronto, para este mismo proceso, se deberá agregar datos biométricos, como una selfie.